Familiares de sacerdote Miguel Woodward piden reforma a los servicios de inteligencia de la Armada

La familia del sacerdote chileno-británico Miguel Woodward, torturado y asesinado por la Armada de Chile tras el golpe de 1973, exigió detener el envío de efectivos chilenos a la Escuela de las Américas de Estados Unidos, la cual continúa operando desde Fort Benning, Georgia.

El pasado domingo en el Cementerio de Playa Ancha, durante un acto público por la memoria de los detenidos desaparecidos, el cuñado de Woodward, Fred Bennet, llamó a dilucidar las circunstancias en las que el religioso fue llevado al buque Esmeralda y fusilado, pidiendo esclarecer quién lo mató y dónde fue enterrado.

“El gobierno debe hacer que la Armada restablezca el control jerárquico de los servicios de inteligencia naval, exigiendo un código ético”, señaló. “Se deben cambiar los criterios de formación de los infantes de marina, asegurando que respetan los derechos humanos”.

El esposo de Patty Woodward, la hermana de Miguel, agregó que “debe ponerse fin a la participación de las Fuerzas Armadas chilenas en la Escuela de las Américas de EEUU, donde tantos torturadores han sido formados”.

Los familiares del cura obrero y militante del MAPU, aseguraron que también deben modificarse los artículos 334 y 335 del Código de Justicia Militar para establecer “el principio de desobediencia legítima”, permitiendo que cualquier soldado pueda “rechazar una orden criminal dada por un superior”.

“La Armada debe democratizarse”, concluyó Bennett. “Esto supondrá un trato más igualitario entre oficiales y marinos. Todo marino debe tener derecho a asociarse y sindicalizarse”.

Al cierre del acto, la familia repartió copias de una memoria sobre la vida del sacerdote de Valparaíso y los pormenores de su caso, identificando las responsabilidades que cabrían al Alto Mando de la Armada en el encubrimiento del crimen.

El texto La inacabada búsqueda de verdad y justicia por la muerte de Miguel Woodward puede ser leído gratuitamente en este enlace.