«Manuel Gutiérrez, mi hermano»
No sabía que existían dos justicias. Así se titula un informe publicado por Amnistía Internacional en abril de 2016. Esa frase fue extraída de una entrevista dada por Gerson Gutiérrez, mi hermano, hermano de Manuel Gutiérrez, asesinado por el sargento segundo Miguel Millacura en agosto de 2011.
Así nos encontró el asesinato de Manuel, sin saber que en Chile existían de verdad dos justicias y a nosotros nos tocó la peor.
Cuando la justicia ordinaria se declaró incompetente en el caso de Manuel, supimos acerca de la Justicia Militar. Desde ese momento todo cambió para nosotros, aunque debemos ser honestos y admitir que la fiscal a cargo de la investigación hizo un muy buen trabajo, dado que en su informe final indicó que el delito y las faltas cometidas eran merecedoras de una pena que partía en los 10 años de presidio.
Lamentablemente, eso no fue lo que pensó el Tribunal militar, quienes sentenciaron 3 años y un día de presidio, ya que, según ellos, en el actuar Millacura no hubo dolo, es decir, no hubo intención de matar, y además el carabinero había cooperado con la investigación, pasando por alto las pruebas irrefutables que demostraban que Millacura y sus cómplices, escondieron evidencia, limpiaron escenas e incluso alteraron libros de la comisaría para encubrir al asesino.
Con la esperanza de justicia marchita, pero no muerta, apelamos la Corte Marcial, quienes no contentos con el daño ya causado rebajaron la pena a 461 días de pena remitida, dictamen con el cual Millacura quedaba hasta sin antecedentes penales.
Derrotados, pero no destruidos volvimos a creer que la justicia era posible, pero esta vez la historia no sería distinta.
Interpusimos un recurso de casación ante la Corte Suprema que buscaba revertir el fallo anterior a los 3 años y 1 día o, en el mejor de los casos, aumentar la pena a una que partiera en los 5 años y poder lograr que el asesino pagara con cárcel. Pero éstos otra vez reiteraron el fallo de 461 días.
Esta vez la justicia nos cerró la puerta en la cara para siempre y nos recordó que en este Chile aún está muy presente lo que pasó en dictadura. En este Chile hoy como ayer existen los ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría. En este Chile no existe la justicia para el pobre, para el poblador, para el trabajador, para el que lucha.
Por Jacqueline Gutiérrez