El ‘Francotirador’ norteamericano
La locura asesina desatada el pasado 14 de diciembre contra la escuelita primaria Sandy Hook en la localidad de Newtown, Connecticut, probablemente sea el más horrendo de una larga lista de asesinatos con armas de fuego en Estados Unidos, por la sencilla razón de que entre los 26 muertos, 20 eran niños de 6 y 7 años de edad.
Ojalá pudieramos decir que se trata de un hecho aislado. Ojalá pudiéramos decir que se trató de un loco suelto que en un arranque de demencia hizo lo que hizo. Ojalá pudiéramos decir que esta fue una masacre tan excepcional que uno creería que jamás volverá a ocurrir.
Pero no. Este tipo de matanzas se han convertido en rutina cada vez más frecuente. ¿Son hechos aislados o existe cierto patrón y ‘lógica’ detrás de todo esto?
Una sociedad muy enferma
Dicen que el que sabe que está loco, en rigor de verdad no lo está tanto, pues ser consciente de la propia locura conforma el primer paso hacia una cura. Los verdaderamente locos ni siquiera toman consciencia de su patología psíquica; se creen totalmente cuerdos y si alguien les señala su equivocación, reaccionan automática y vehementemente acusando al otro de demente. He aquí el origen de la larga y trágica historia de las cazas de brujas, persecuciones, inquisiciones y genocidios de cientos de millones de personas a lo largo del último siglo y medio.
Un rápido repaso por los titulares de la prensa mundial nos deja entrever que el mundo está bastante loco, que “al mundo le falta un tornillo” como dice un conocido tango argentino; pero si tuviéramos que elegir cuál es el pueblo más loco, cuál es la nación más loca entre los locos por su psicopatología colectiva, clara y lamentablemente esa nación ‘Number One’ por su locura es Estados Unidos de Norteamérica.
Si decimos “lamentablemente”, no es tanto por compasión hacia los estadounidenses, sino -mucho más- por prevención y preocupación hacia los demás pueblos del mundo. Porque un loco suelto descontrolado pero desarmado, a lo sumo puede ser una molestia, dar vergüenza ajena o transformarse en un peligro para él mismo. Pero un loco suelto y descontrolado armado hasta los dientes con ametralladoras, bombas, artefactos nucleares y drones ya da para preocuparse.
¿Cuáles son las raíces de esa locura colectiva? En parte están en la misma historia de la Unión Norteamericana en su exacerbada vocación imperial, en su violencia social armada que garantiza su Constitución pero, por sobre todo, en la guerra psicológica que sus propias élites han dirigido contra 308 millones norteamericanos que se basa en el uso sistemático y obsceno de la “Fuerza e Hipocresía” –según recomienda un antiguo texto de diabólico pragmatismo político– que ha transformado a la mentira flagrante y descarada en verdadera arma de guerra interna.
A lo largo de la historia, los imperialismos se han mostrado tal cual son en su rapacidad, robo territorial y explotación de pueblos sojuzgados, con lo que al menos los podemos considerar ‘obvios piratas y matones’. No así EE.UU., que desde hace más de un siglo viene librando guerras imperiales contra el mundo entero mas siempre dice hacerlo en nombre de la “libertad”, la “democracia” y los “derechos humanos”.
Esto ha generado en el imaginario colectivo estadounidense una peligrosa capacidad e ingenua permeabilidad para convivir con la mentira. Hasta tal punto que hoy se ven confrontados con las verdades más evidentes y no las ven. Una gran mayoría parece estar dispuesta a creer las mentiras más absurdas si les vienen dirigidas desde algún gran medio de comunicación o del presidente o alguno de sus ministros, o si les vienen enlatadas desde esa enorme usina de estupideces y fabricaciones absurdas que es Hollywood; la ‘industria’ del entretenimiento.
Manual del asesino
Hollywood y su periferia de series, películas, “documentales”, testimoniales, ofrecen una amplia gama de lo que sólo podemos describir como auténticos manuales de cómo asesinar a seres humanos: con pistolas, ametralladoras, bombas, cuchillos, sierras eléctricas, venenos, químicos… También cómo cometer los crímenes más aberrantes: violaciones, torturas, desmembramientos; todo potenciado por la traición, mentira, perversión y condimentado con asesinatos seriales y una larga – larguísima– lista de etcéteras.
Hollywood no descansa un segundo. Permanentemente inventa nuevas y más violentas formas de presentar/proponer ante cientos de millones de norteamericanos –y también miles de millones en todo el mundo– las más espantosas escenas, guiones y trucos de realidad virtual sobre cómo ejercer la más truculenta violencia: sangre, sangre y más sangre, ráfagas y más ráfagas de ametralladora y superdestructivas explosiones, explosiones y más explosiones…
Desde hace décadas, Hollywood nos ha saturado con escenas de asesinatos y torturas ‘virtuales’ a lo que se le agregan los asesinatos y torturas reales transmitidos por los multimedios globales cometidos en lejanas latitudes en Irak, Afganistán, Egipto, Libia, Palestina, Vietnam, Somalia, México, Colombia, Europa, África, Latinoamérica, e –incluso– mucho más ‘cerca de casa’, en las violentas calles de Nueva York, Chicago, Miami, Los Ángeles, San Francisco, Toronto, Washington, Filadelfia…
Que luego el Gobierno y los medios estadounidenses se rasguen las vestiduras «‘shockeados’ y sorprendidos» ante hechos aberrantes como los de la escuelita primaria Sandy Hook, en el peor de los casos refleja su insondable hipocresía; y en el mejor de los casos su completa ceguera y estupidez.
Pues, como decimos, Sandy Hook no es una excepción. Casi podríamos decir que es uno de los más elocuentes ejemplos de un auténtico Modelo de Ingeniería Social que parece haber sido perfecta y diabólicamente diseñado para que sistemáticamente ocurran eventos con estas características puntuales e identificables.
En la vasta mayoría de los casos se trata siempre de un ‘loco solitario’ que aprovechando la facilidad con la que se consiguen armas de fuego en EE.UU., irrumpe en algún lugar de manera “sorpresiva”, vulnerando la ‘seguridad’ y asesinando a mansalva a personas inocentes, ‘sin objetivo’ directo primario aparente, pero que a un nivel metasocial cumple objetivos indirectos crecientemente claros. Por ejemplo, hacer que la opinión pública apoye la prohibición de armas de fuego o influir en ciertas políticas públicas o –en casos extremos- eliminar a algún presidente o liquidar a un aspirante a la Casa Blanca.
“The Lone Gunman”
En idioma inglés, ‘Francotirador’ se dice ‘Lone Gunman’, literalmente ‘hombre solitario armado con un arma de fuego’. Descripción por demás elocuente para este tipo de eventos.
Podríamos recorrer una larguísima lista de esta clase de terrorismo social –pues de eso se trata- perpetrado por estos solitarios ‘Lone Gunman’. Empecemos por la Escuela Sandy Hook en Connecticut con sus niños asesinados a balazos; el 24 de agosto de este año otro “loco solitario” causó dos muertos delante del emblemático Empire State Building, máximo símbolo de la Ciudad de Nueva York. El 5 de agosto otro ‘Lone Gunman’ asesinó a 6 personas en un templo Sikh en Wisconsin; el 20 de julio otro ‘Lone Gunman’ irrumpe en un cine de Denver, Colorado, durante la premier de ‘Batman, Caballero de la Noche’ asesinando a 12 e hiriendo a 58 personas; el 2 de abril otro ‘Lone Gunman’ empieza a los tiros en un campus universitario cristiano en Oakland California matando a 7 personas; en enero 2011, otro ‘Lone Guman’ abre fuego durante una reunión publica en Tucson, Arizona, asesinando a 6 personas incluyendo a una niña de 9 años e hiriendo de un balazo en el cráneo a la representante nacional Gabrielle Giffords; en febrero de 2010 otro ‘Lone Guman’ abre fuego en la universidad de Alabama en Huntsville. Saldo: 3 muertos. Noviembre de 2009: un psiquiatra militar abre fuego en la base militar Fort Hood, Texas: saldo 13 muertos. Abril 2009: otro ‘Lone Gunman’ asesina a 13 personas en un centro cívico en Binghamton, Nueva York. Marzo 2009: otro ‘Lone Gunman’ asesina a 6 personas en un edificio residencial en Santa Clara, California. Ese mismo mes otro ‘Lone Gunman’ asesina a 8 viejitos en un geriátrico en Carolina del Norte. Como vemos, esta lista de locuras es muy, muy larga.
Siempre lo mismo: un loco solitario armado, mata al que se le cruce por delante, sin ton ni son…
Si nos retrotraemos un poco más en la historia, encontramos una clase parecida de ‘Lone Gunman’; locos sueltos que sin razón alguna, sin ayuda, sin cómplices, sin conspiradores, asesinaron a figuras de altísimo relieve público. El más conocido: el 22 de noviembre de 1963 Lee Harvey Oswald asesina con increíble y fatal precisión al presidente de los EEUU John F. Kennedy. 4 de abril de 1968, James Earl Ray asesina a Martin Luther King en Alabama. 21 de febrero de 1965, otro loco suelto asesina al luchador por los derechos civiles Malcolm X en Nueva York. El 5 de junio de 1968, Sirhan B. Sirhan asesina a Robert F. Kennedy en Los Ángeles en medio de su vertiginosa carrera hacia la Casa Blanca. 8 de diciembre de 1980, Mark Chapman balea a quemarropa al muy controvertido John Lennon en Nueva York.
Una y otra y otra vez lo mismo: un asesino solitario que comete una locura para, a su vez, resultar inmediatamente muerto (Oswald) o ‘suicidado’ (¿Adam Lanza en Sandy Hook?) o encerrado de por vida para jamás poder hablar.
Inconsistencias
Pero pasadas las emociones y el ‘shock’ del momento, luego aparecen inconsistencias que se van sumando y sumando. El caso JFK es, desde luego, el más dudoso gracias a las innumerables investigaciones como la del fiscal Jim Garrison (el mismo de la película ‘JFK’ de Oliver Stone).
También Sandy Hook empieza a tener graves inconsistencias: en este caso el ‘Lone Gunman’ Adam Lanza mató a su madre, dueña del arma homicida, y tras la balacera terminó suicidándose. Pero aún no se ponen de acuerdo si utilizó una pistola o un rifle. Incluso parece haber indicios de que hubo tres –y no sólo uno- asesinos que ingresaron al colegio. Un video mostraría que uno fue arrestado, otro logró escapar y Lanza se habría suicidado.
El veterano Jefe de Examinadores Médicos de Connecticut, Dr. H. Wayne Carver, dio una confusa conferencia de prensa al día siguiente de los hechos titubeando y contradiciéndose. Dijo que cada cadáver tenía “entre 3 y 11 balazos” disparados durante unos 7 minutos; si se excluyen los disparos que no impactaron en las víctimas ello indica que hubo más de 180 disparos… ¿uno cada 2 segundos?
A su vez, no hay evidencia de que se haya ordenado la evacuación masiva del colegio.
A su vez, este evento fue inmediatamente utilizado para aumentar la presión ante la opinión pública tendiente a prohibir las armas de fuego entre la población civil, justo en momentos en que las cosas se ponen cada vez más feas en EE.UU., y agencias muy discutidas y poderosas como FEMA y Homeland Security intensifican los controles sobre una población civil crecientemente insubordinada ante las Elites de Poder y los mega banqueros que manejan a EE.UU.
Por último, el mayor y más ambicioso ataque terrorista de este tipo posiblemente haya sido el del 11 de septiembre de 2001. Por sus complejas características, el mito con el que se presentó ante el mundo no pudo circunscribirse a un sólo loco solitario, sino que requirió de un grupo de 19 ‘locos solitarios’ suicidas que secuestraron 4 aeronaves. Eso sí: dirigidos todos por otro loco escondido en una cueva de Afganistán. Juntos lograron burlar la seguridad del espacio aéreo más custodiado del planeta e hicieron colapsar 3 gigantescas torres en Nueva York.
A los pocos días de aquél atroz atentado terrorista Baby Bush declaró: “nadie en nuestro Gobierno podría haber imaginado que alguien dirigiría aviones contra edificios“. Su asesora de seguridad nacional, Condoleeza Rice, a su vez dijo “no creo que nadie pudiera predecir que esta gente tomaría un avión y lo estrellaría contra el World Trade Center, y luego tomaría otro avión y lo estrellaría contra el Pentágono”.
Sin embargo, cuando la cadena de televisión norteamericana FoxTV presentó una nueva serie de superacción y ‘thriller’ de suspenso titulada, precisamente, ‘The Lone Gunman’, el episodio inicial, transmitido el 4 de marzo de 2001 (191 días antes del 11 de septiembre), relata, justamente, un complot del Gobierno, de los ‘think-tanks’ y de las grandes corporaciones para estrellar una aeronave Boeing 727 contra…. ¡el World Trade Centre!, culpando de ello a ‘terroristas’ para así justificar nuevas guerras en todo el mundo
¿A quién se le hubiera ocurrido?
Como decimos los cubanos:eres el mejor y el más completo. Tremendo análisis.
y que puedo hacer yo viendo este tremendo drama aniquilante, mas que creer que hay quienes viven y proyectan en que esto no se incorpore en nuestras vidas mas que como la otra cara de una misma especie que sin darse cuenta necesita urgentemente que todo esto no gire, sino, se fusione de una vez por todas de una u otra manera
Tengo la leve sospecha,la leve intuición,( o mucha ),que esto fue un sacrificio bien premeditado… al detalle.. como todo .. y nosotros seguimos sin ver mucho… Arriba la verdad! Feliz 2013 amigos del <3.Saludos! : por LA VERDAD AHORA.
No hay peor ciego que aquél que no desea ver. Muy inteligente y profesional análisis.