La salida de Rubio, la paliza de Trump, la Clinton de hierro y la fe de Sanders
Se consolidan como líderes de sus respectivos partidos los candidatos Hillary Clinton y Donald Trump. En la nueva jornada de primarias estadounidenses, súpermartes número 3, ambos cantaron victoria en Carolina del Norte y Florida. La ex secretaria de Estado ganó Ohio, pero no así el magnate: por el lado republicano triunfó el gobernador de ese estado, John Kasich.
En Misuri, Trump está casi empatado con Ted Cruz. El anticastrista Marco Rubio, en tanto, anunció su retiro de la carrera, ya que todo lo perdió. La semana pasada había dicho que el ganador de Florida estaría más cerca de la nominación, y lamentablemente no alcanzó el primer lugar.
Para Bernie Sanders, autoproclamado socialista competidor de Clinton, empeoran las chances de llegar la Casa Blanca. Los números no le ayudan. Según las encuestas debía ganar en dos estados, pero perdió en todos. Simbólicamente, su campaña se estancó.
Sin embargo, el senador por Vermont que criticó la intervención de Kissinger y la CIA en el golpe militar chileno apuesta a la paciencia. Desde su comando plantean que el escenario no es tan terrible como parece, ya que de aquí a junio muchas cosas pueden cambiar. Así ocurrió en la elección de Barack Obama en 2008, cuando Clinton perdió fuerza ante el ahora presidente, cuyo certificado de nacimiento Trump cuestionó, justo en la recta final.
Todavía Trump, por su parte, debe asegurar a unos cuantos delegados. En días anteriores lo favoreció mostrarse como víctima de la turba de manifestantes que protestó contra él en Chicago y actuar con menos crueldad en el último debate de CNN. Necesita más de 1200 delegados para ser el candidato final sin esperar la convención republicana, pero la cantidad actual bordea los 650.
Quien le podría quitar algunos es Ted Cruz, la amenaza más inmediata para el empresario inmobiliario. Aunque el escenario también se complica para Cruz con los resultados del tercer súpermartes que finaliza, puesto que el margen de delegados se amplió entre ambos contendores: antes eran 60, y ahora son más de 100 de diferencia, en favor de Trump.