La asistencia de Washington a los terroristas de Chechenia
Chequear la lista de financistas del movimiento secesionista de Chechenia, difícilmente distinguido de los terroristas chechenos pagados por Arabia Saudita y Catar, constituye un repaso de los protagonistas más importantes de la Guerra Fría estadounidense.
Una evidencia abrumadora indica que el fallecido terrorista de la maratón de Boston, Tarmerlan Tsarnaev, supuestamente asesinado en un tiroteo con la policía en Watertown, Massachusetts, el 19 de abril, fue “radicalizado” tras participar en un programa encubierto de la CIA, dirigido a través de la República de Georgia para desestabilizar al Cáucaso Norte de Rusia. El objetivo final de la CIA en la región es claro: que los musulmanes originarios de esa zona declaren su independencia de Moscú, volteándose a los gobiernos wahhabistas de Arabia Saudita y Catar.
Los medios corporativos occidentales ignoraron una importante información publicada por el medio Izvestia de Moscú: que Tamerlan Tsarnaev había asistido a seminarios dirigidos por el Caucasus Fund de Georgia, un grupo afiliado con el centro de estudios necoconservador Fundación Jamestown, entre enero y julio de 2012. La prensa estadounidense reportó que durante estos seis meses, Tsarnaev fue radicalizado por el imam Abu Dudzhan, asesinado en un combate con las fuerzas de seguridad rusas en 2012. Tsarnaev también visitó Daguestán en 2011.
Documentos de la inteligencia de Georgia indican que Tsarnaev asistió a charlas de la Fundación Jamestown en Tbilisi. En papeles filtrados del Departamento de Contrainteligencia del Ministerio de Asuntos Internos de Georgia, Tsarnaev figura como asistente de “seminarios” organizados por el Caucasus Fund, entidad creada durante la guerra de 2008 entre Georgia y Osetia del Sur. El conflicto fue iniciado cuando tropas de Georgia invadieron la república pro-rusa de Osetia del Sur durante las Olimpiadas de Beijing. Georgia fue apoyado militarmente y en sus aparatos de inteligencia por Estados Unidos e Israel. El apoyo estadounidense incluyó asesores de Fuerzas Especiales de Estados Unidos en terreno.
La Fundación Jamestown es parte de la red neo-conservadora renovada luego de la Guerra Fría desde lo anti-soviético y anti-comunista a lo anti-ruso y “pro-democrático”. La red no sólo está conformada por Jamestown y el Caucasus Fund, sino por otros grupos financiados por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) y el Instituto Open Society de George Soros (OSI).
Georgia es ahora el nexo de ayuda estadounidense a la oposición rusa que intenta derrocar al presidente Vladimir Putin. En marzo de 2010, Georgia patrocinó, asistida por fondos de la CIA, Soros y el MI-6 británico, una conferencia titulada “’Hidden Nations, Enduring Crimes: The Circassians and the People of the North Caucasus Between Past and Future”. Georgia y sus aliados canalizaron dinero a las minorías étnicas de Rusia, incluyendo a circasianos, chechenos, ingusetios, kabardinos y tártaros.
El 21 de marzo de 2010, la conferencia en Tbilisi fue organizada por la Fundación Jamestown y los Estudios Internacionales de la Escuela del Cáucaso de la Universidad Estatal de Ilia en Georgia. Si los documentos de contrainteligencia de Georgia dicen que Tamerlan Tsarnaev asistió a las conferencias de Jamestown en Tbilisi en 2011, ¿pudieron los servicios de inteligencia rusos haber rastreado al muchacho en el seminario “Hidden Nations” de Jamestown en marzo de 2011? Cualquiera sea el caso, un año después, el departamento de investigaciones ruso (FSB) decidió contactar al FBI sobre los nexos de Tsarnaev con terroristas.
La primera solicitud rusa al FBI llegó a través de la oficina del agregado legal de la embajada de Estados Unidos en Moscú, en marzo de 2011. Al FBI le tomó hasta enero de 2011 concluir que Tamerlan no representaba ninguna amenaza terrorista. Pese a ello, agregó su nombre al Treasury Enforcement Communications System, o TECS, que monitorea la información financiera y cuentas bancarias en el extranjero. En septiembre de 2011, las autoridades rusas, una vez más, alertaron a Estados Unidos sobre sus sospechas hacia Tamerlan. La segunda alerta llegó a la CIA. Para ese mismo mes, las agencias de seguridad rusas estaban conscientes de que el seminario “Hidden Nations” llevado a cabo un año antes era un evento patrocinado por la CIA, apoyado por el gobierno de Mikheil Saakashvili de Georgia y que otras reuniones similares habían sido realizadas, incluyendo aquella en la que Tamerlan participó en Tbilisi, en enero de 2012.
En algún punto del tiempo tras la primera alerta rusa, o antes o después de la segunda, la CIA ingresó el nombre de Tamerlan a la lista del Terrorist Identities Datamart Environment (TIDE), una base de datos con más de 750,000 entradas mantenida por el Centro Nacional de Contraterrorismo de McLean, Virginia.
La Fundación Jamestown es desde hace mucho una operación de fachada de la CIA, habiendo sido fundada, en parte, por el director de la CIA William Casey en 1984. La organización fue empleada por desertores de alto rango del bloque soviético, entre los que se encuentra el subsecretario soviético de la ONU, Arkady Shevchenko, y el oficial de inteligencia rumano, Ion Pacepa. El Buraeu Federal de Seguridad de Rusia (FBS) y la agencia de inteligencia extranjera SVR han sospechado desde un largo tiempo de la Fundación Jamestown por ayudar a fomentar rebeliones en Chechenia, Ingusetia y otras repúblicas del Cáucaso. La conferencia del 21 de marzo en Tsbili, pocos días antes de que ocurrieran los atentados a los trenes de Moscú, agregó obviamente más suspicacia para el FBS y el SVR.
El directorio de Jamestown cuenta con personajes de la Guerra Fría como Marcia Carlucci; esposa de Frank Carlucci, ex oficial de la CIA, Secretario de Estado y presidente del Grupo Carlyle (quien también fue uno de los que pidió al gobierno estadounidense que se le concediera asilo al ex “ministro de Exteriores” de Chechenia, Ilyas Akhmadov, acusado por los rusos de tener nexos terroristas), el editor de libros y revistas anti-comunistas Alfred Regnery; y la asistente de Caspar Weinberger para Asuntos Públicos de la Secretaría de Defensa, Kathleen Troia «KT» McFarland. También en el directorio se encuentra el ex gobernador republicano de Oklahoma, Frank Keating, en el cargo durante el atentado contra el edificio federal Murrah en 1995.
Cooperando con Jamestown, no sólo en operaciones informativas en el norte y sur del Cáucaso, sino en los asuntos de Moldavia, Bielorrusia y Uzbekistán, está el Instituto Open Society de George Soros, otro instrumento de la inteligencia estadounidense y los intereses de la banca internacional. El Proyecto Eurasia de Soros ha patrocinado una enorme cantidad de paneles y seminarios junto a Jamestown.
La seguridad rusa indica en su primera comunicación con el FBI que Tamerlan Tsarnaev había cambiado drásticamente desde 2010. El cambio se produjo después de la conferencia “Hidden Nations” en Tbilisi. El apoyo de Estados Unidos a la secesión de Chechenia y el Cáucaso Norte surgió a raíz de una declaración pública de agosto de 2008 realizada por el candidato presidencial republicano John McCain. En ella sostuvo que luego de que «Rusia reconociera ilegalmente la independencia de Osetia del Sur y Abjasia, los países occidentales deben pensar sobre la independencia del Cáucaso Norte y Chechenia».
Al llegar a la presidencia en 2009, Barack Obama adoptó la propuesta de McCain y autorizó el apoyo de la CIA a los secesionistas y terroristas del Cáucaso Norte con dinero lavado a través de USAID, el National Endowment for Democracy (NED), el Instituto Open Society de Soros, Freedom House, y la Fundación Jamestown. En enero de 2012, Obama escogió al neoconservador y activista de Soros, Michael McFaul del derechista Instituto Hoover de la Universidad de Stanford, como embajador de Estados Unidos en Moscú. McFaul inmediatamente abrió las puertas del consulado estadounidense a una variedad de disidentes rusos, incluyendo los secesionistas del Cáucaso Norte, algunos de los cuales levantaron sospechas de vínculos con terroristas islámicos para el FBS ruso.
Tamerlan pudo haber sido, desde siempre, un agente de la CIA escogido para participar en la operación de “bandera falsa” de Boston. También pudo haber sido simplemente un “chivo expiatorio”, víctima de un complot de la CIA como lo fue el “desertor” de la Unión Soviética, Lee Harvey Oswald, en el asesinato del Presidente Kennedy. Por otro lado, pudo haber sido radicalizado para infiltrarlo en el Emirato del Cáucaso, decidiendo posteriormente alejarse y llevar a cabo un ataque terrorista de propia iniciativa contra Estados Unidos. Eso quizás nunca lo sabremos. Si se trata de lo último, Tsarnaev se parecería mucho a Osama Bin Laden, un antiguo combatiente de la CIA en los campos de Afganistán que determinó, supuestamente, lanzar su propia jihad contra Estados Unidos.
pero se sabe que osama bin laden no hizo el 11-s , eso está probado que fue una bandera falsa investigar11s.blogspot.com
Por lo visto la CIA, siempre termina matando a sus viejos amigos para no dejar rastros.
http://edition.cnn.com/2001/US/09/16/inv.binladen.denial/index.html?_s=PM:US
Ese link tiene harto polvo…
http://edition.cnn.com/2001/US/09/16/inv.binladen.denial/index.html?_s=PM:US
En mi opinion lo usaron de chivo expiatorio , cualquiera con acceso a e net puede hacer bombas mas efectivas……hasta con una pistola pudo haber matado a mas si ese hubiere sido el objetivo…..bullshit.
el mensaje este lo puso la embajada russa?porque si les escuchamos georgia es un pais de los terroristas y ellos son unos salvadores del mundo.
y las fuerzas secretas de georgia,como ellos dicen les a proporcionado los materiales para inculpar a quen,a si mismo?.venga ya…
🙂 ay 1 coche patrulla por cada 20 abitantes en tbilisi es incluso mas poliseizado que swissa.es un pais sin drogas(por consumo de marihuana ay carzel)
es un pais pequeño,sin fuerza suficiente para valerse por si mismo y sin amigos.
y que por todolos medios intenta salir de la sombra del leste.