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La costosa quimioterapia que podría truncar el futuro del general Bassaletti en Carabineros

Criterio. Ese es el concepto en torno al cual giran cuestionamientos de diversos organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional respecto al uso de la escopeta antidisturbios de Carabineros en las manifestaciones que han seguido produciéndose a lo largo y ancho del país, utilización que en muchos casos no cumpliría los protocolos y fue restringida por el director.

La misma semana en que la cifra de heridos por impacto ocular llegó a los 280 casos y trascendió la existencia de un peritaje que ya en 2012 advertía el riesgo de provocar estallidos en los ojos, fracturas craneales y laceraciones hemorrágicas, la atención se centró en la comparación que hiciera el jefe de zona este de la Región Metropolitana, Enrique Bassaletti, sobre la aplicación de balines que -ahora se sabe- están compuestos en un 20% por caucho y el resto por metales y otros materiales.

«Voy a hacer una analogía que no sé si es tan feliz, pero la voy a hacer igual (…) Nuestra sociedad podríamos decir que, en este último tiempo, en estos últimos treinta y pocos días, está enferma de una enfermedad grave. Supongamos que sea un cáncer, ojalá que no lo sea y que tenga solución, pero cuando el tratamiento al cáncer se hace con quimioterapia, en algunos casos, y otros con radioterapia, y cuando se busca solucionar ese problema, en el ejercicio de esas herramientas médicas, se matan células buenas y células malas», afirmó.

Las declaraciones, que provocaron amplio rechazo y recordaron las proferidas por el general Gustavo Leigh sobre «extirpar el cáncer marxista» durante el régimen de Pinochet, ni siquiera tuvieron el respaldo del gobierno.

«En esto tenemos que ser extremadamente responsables. Por cierto que no es una frase afortunada», sostuvo en un punto de prensa el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.

En tanto, la Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, rechazó los dichos de Bassaletti y pidió su renuncia, indicando que éstos no solo atacan «a quienes sufren esa gravísima enfermedad (cáncer)», sino que validaría, en el simil de la quimioterapia, que la escopeta sirva para matar.

«Le he solicitado al ministro del Interior, que en razón de tener él el control del poder civil de Carabineros de Chile, solicite al general director la renuncia del general Bassaletti, porque me parece que no estamos en un país que tolere y permita que ninguna persona ejerza violencia de ningún tipo, menos quienes tienen roles de autoridad o cargos y, en este caso, entendemos que la exposición que hacía el general es de vocero institucional, representando al alto mando que dirige el general (Mario) Rozas», indicó.

Finalmente ayer, Bassaletti tuvo que salir a ofrecer disculpas por su analogía. «Yo, buscando ejemplificarlo quizás equivocadamente en mi estilo, tratando de buscar ejemplos cotidianos, derechamente me equivoqué y di un ejemplo que naturalmente no fue el debido, y frente a eso no tengo más que excusarme», planteó en un video.

No es un secreto al interior de la institución que Bassaletti era visto como un posible candidato a general director en años venideros, o incluso en la eventualidad de remover del cargo al general Mario Rozas, quien gradualmente ha ido perdiendo «línea de crédito» frente a la crisis.

De cualquiera manera, el cambio del ex edecán de Piñera por Bassaletti, dada la antigüedad de este último, solo podría haberse dado aplicando una rasa similar a la experimentada tras la caída del general Hermes Soto, que prácticamente desplazó a una generación completa de generales para favorecer la llegada de Rozas a la cúspide uniformada.

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