Chile Chico: El cierre express de la investigación por la muerte de trabajadores de Cerro Bayo
Sin condenados terminó el proceso judicial abierto hace más de un año tras el fallecimiento de dos operadores de la mina Delia II, perteneciente a la Minera Cerro Bayo de Chile Chico, luego de que la Fiscalía gestionara un acuerdo reparatorio entre el gerente de la empresa y las familias de las víctimas, sellando el caso con un pago de 600 millones de pesos.
El anuncio fue dado el mismo día en que el fiscal de la pesquisa, Álvaro Sanhueza Tasso, formalizó cargos por cuasidelito de homicidio contra el representante de la compañía, Stuart Andrew O’Brien, quien «habría ordenado ir a trabajar a estos funcionarios infringiendo varias normas y protocolos de seguridad que impedían que esa mina estuviera en operación» al mes de junio de 2017, cuando ocurrió la tragedia, relató el persecutor.
Tal como informó El Ciudadano en septiembre de 2017, la explotación del yacimiento tenía sus permisos vencidos al momento de producirse el accidente que dejó sumergidos en el agua -sin que sus cuerpos hayan sido, hasta el momento, recuperados-, a los mineros Jorge Sánchez Martínez y Enrique Ojeda González.
Lo anterior contradice lo indicado por la ex ministra de Minería Aurora Williams, quien de visita en el lugar dijo que todo estaba autorizado por Sernageomin.
La negligencia fue corroborada a través de un informe emitido por el mismo organismo técnico, donde se plantea que «nuestros fiscalizadores no advirtieron que la empresa había extendido los laboreos y extracción de mineral más allá del perímetro autorizado, acercando la explotación bajo la Laguna Verde, dejando un pilar rocoso entre el piso de dicha laguna y el techo del caserón 206 de un menor espesor a lo recomendado en el Estudio Geomecánico que la propia empresa incluyó en el Proyecto que sometió a aprobación».
«La empresa, pese a que no contaba con un proyecto de ingeniería para explotar el sector Sur Este previamente aprobado por el Sernageomin, proyectó, construyó y operó el sector Delia NW-2, fuera de los límites aprobados. En forma previa a este accidente y pese a que los supervisores de obra indicaron en el libro de novedades del turno que hubo desprendimientos de dique durante la construcción de las basales superiores, sólo efectuó una fortificación de las galerías, sin realizar un análisis de tales eventos, ni tampoco evaluar y controlar la estabilidad de la cámara más próxima al borde de la laguna”, expresó en la audiencia el Ministerio Público.
El fiscal Sanhueza agregó que luego «de ser formalizado (O’Brien), se llegó a un acuerdo reparatorio por el cual la familia de Jorge Sánchez recibió 330 millones y la familia de Enrique Ojeda, 270 millones. A continuación, se sobreseyó la causa por haberse cumplido gran parte de los pagos y garantizado el resto», lo que fue aprobado por el Juzgado de Letras y Garantía de Chile Chico.
«NO SOSTENIBLE»
Verdad Ahora consultó a la Fiscalía Regional de Aysén si la determinación implica «sobreseer la causa solo respecto al gerente de Cerro Bayo que ha sido formalizado, o conlleva un cierre total de la investigación respecto a otros eventuales imputados» por cuasidelito, como aquellos funcionarios de Sernageomin que pese a haber hecho fiscalizaciones previas no dieron cuenta que el permiso estaba expirado.
El ente respondió «que tras un análisis de los antecedentes investigativos, no se consideró jurídicamente sostenible imputar responsabilidad penal a terceros, más allá del mencionado gerente», y que en relación «a eventuales acciones administrativas o civiles respecto de otras personas o instituciones, correspondería a las víctimas evaluar dicha situación, debido a que la Fiscalía tramita causas sólo desde un punto de vista penal».
Cabe señalar que en marzo de 2018, la Fiscalía también gestionó un acuerdo de 120 millones de pesos con Cerro Bayo por la muerte de otro trabajador, Ricardo González Hernández, quien murió durante un proceso de limpieza en las faenas a causa de un explosivo, hecho registrado en septiembre de 2016 y por el que se formalizó, en los mismos términos, al gerente Stuart Andrew O’Brien.
Por Matías Rojas