Gobierno estadounidense oculta compra masiva de municiones y equipos antimotín

Tras generarse una controversia por la compra de más de mil millones de rondas de municiones adquiridas por el Departamento de Homeland Security, la agencia ha revelado una cantidad ínfima de información. Muchos temen que ésta sea una señal de que el gobierno federal está preparándose para una ola de disturbios civiles en Estados Unidos.

A pesar de que los documentos sólo debieran ser redactados bajo autorización del Congreso o por razones de seguridad nacional, una solicitud publicada ayer en el sitio FedBizOpps respecto a la compra de municiones realizada por el DHS, de parte del Immigration & Customs Enforcement (ICE), contiene un conjunto de secciones tachadas en negro.

Las porciones clasificadas del documento incluyen referencias sobre la cantidad de municiones 223 62 y 223 64 que ha sido adquirida.

La solicitud explica cómo el contrato emitido por el DHS para la adquisición de municiones no fue sujeta a una “competencia completa y abierta”, un proceso justificado por una “urgencia inusual”, según la agencia, para adquirir las balas. A su vez, la agencia indica que existe una escasez de balas que podría causar “problemas sustanciales de seguridad para el gobierno” si los policías no están armados adecuadamente.

La decisión del Depto. de Homeland Security de ocultar secciones del documento, incluyendo una cantidad amplia de balas compradas, podría estar relacionada a la controversia que se ha generado en Estados Unidos durante las últimas semanas, despertando preocupación ante la masiva compra de mil millones de balas durante los últimos 6 meses.

La compra de 450 millones de rondas de balas de punta hueca, calibre .40, que están diseñadas para expandirse al penetrar y causar un daño máximo a los órganos, levantaron preguntas sobre por qué la agencia federal requiere de municiones tan poderosas y en tales cantidades, meramente con “fines de entrenamiento”.

Lo anterior fue seguido por una reciente orden de 750 millones de rondas de municiones por el Depto. de Homeland Security, incluyendo balas que pueden penetrar muros.

Dado que el DHS también está adquiriendo equipos antimotín para responder a disturbios civiles que podrían ocurrir en las venideras convenciones demócrata, republicada, y la inauguración presidencial, la compra de munición también ha generado temores de que el gobierno podría estar preparándose para usar fuerza contra el pueblo estadounidense.

La razón de esto podría ser un colapso económico que cause enojo en los estadounidenses, llenando las calles de manera similar a cómo se ha visto en Europa durante los dos últimos años.

Como escribe Mike Adams: “El colapso financiero barrería con cuentas de ahorro, pensiones, fondos de inversión y valores de renta variable de la clase trabajadora, a lo largo de toda la nación. Imaginemos cuentas bancarias siendo reseteadas a cero, ‘feriados bancarios’ impuestos a punta de pistola. Eso liberaría una ola de protestas violentas, caos social e incluso conversaciones sobre una revolución. El gobierno ciertamente responderá con una declaración de ley marcial, el despliegue de checkpoints en carreteras, y después de mucho, el uso de municiones vivas contra manifestantes revoltosos”.

La Administración de Seguridad Social también adquirió recientemente una amplia cantidad de balas de punta hueca, señalando que las autoridades podrían estar temiendo la ocurrencia de disturbios ante la imposibilidad de pagar beneficios sociales. El National Weather Service compró igualmente 46,000 rondas de municiones de balas de punta hueca.

La censura de información relacionada a la adquisición de municiones por parte de las autoridades de inmigración también podría ser un intento por calmar temores de que la agencia espera tener que recurrir a la fuerza para lidiar con un flujo masivo de inmigrantes mexicanos.

En diciembre pasado, la jefa del Depto. de Homeland Security, Janet Napolitano, ordenó que el ICE se preparara para un ingreso sustancial de inmigrantes a Estados Unidos, pidiendo que el plan diera “refugio” y “procesara” a grandes cantidades de personas.

Durante las audiencias de Irán-Contras en 1987, se reveló que el gobierno federal de Estados Unidos había establecido un programa de contingencia bajo el pretexto de un flujo masivo de inmigrantes, denominado Rex 84. El programa contaba con un escenario reservado, desarrollado por el gobierno federal, para suspender la Constitución, declarar ley marcial, designar a comandantes militares para que se apoderen de gobiernos estatales y locales, y detener a amplios números de ciudadanos estadounidenses, tildados por el Estado como “amenazas para la seguridad nacional”.