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Los $250 millones de dólares que empujan a Trump a atacar Irán

Estados Unidos, el jueves pasado, estuvo al borde de una confrontación militar luego que Irán derribara un avión no tripulado americano que pudo haber entrado -o no- al espacio aéreo de ese país. El presidente Donald Trump habría ordenado responder con un ataque militar, pero después lo canceló. Ello de acuerdo al propio Twitter del mandatario, porque un general le dijo que «150 personas» podrían morir.

La mayor parte del análisis político ha estado concentrado en la figura del asesor de seguridad nacional, John Bolton, al solicitar que se evalúen opciones para que el Pentágono despliegue cerca de 120 mil tropas en Medio Oriente, impactando a Irán con 500 misiles al día. Bolton es, claramente, la voz más fuerte que apoya una escalada militar en la estrategia de «presión máxima» digitada por la Casa Blanca.

Mientras tanto, el secretario de Estado, Mike Pompeo, ha reiterado que la Ley de Autorización de Fuerza Militar de 2001 permite a la administración tomar acciones militares directas en contra de Irán sin tener aprobación del Congreso, una interpretación que ha sido ampliamente criticada por el poder legislativo.

Sin embargo, como publica el reportero de investigación Eli Clifton, hay una tercera influencia omnipresente que se cierne sobre Trump: los $259 millones de dólares entregados por donantes a la campaña presidencial republicana en 2016, y que también apoyaron las carreras políticas del partido, en la Cámara y el Senado, durante ese año y 2018.

«Tales fondos provienen de Sheldon y Miriam Adelson, Paul Singer y Bernard Marcus, donantes que han manifestado sin secreto, en discursos públicos y a través del financiamiento de centros de estudio que apoyan la acción militar contra Irán, su deseo de que Estados Unidos destruya a la República Islámica», detalla Clifton.

Adelson y su esposa Miriam, los donantes más grandes que han respaldado a Trump y al Partido Republicano en los últimos comicios -por sobre los $200 dólares-, han sugerido abiertamente el uso de armas nucleares contra Irán, habiendo presionado al líder de la Casa Blanca para reemplazar al ex asesor de seguridad nacional, H. R. McMaster. pon Bolton, justamente debido a «la escasa voluntad del anterior en adoptar una línea más dura contra Irán».

En 2017, la Zionist Organization of America -que recibe la mayor parte de su financiamiento de los Adelsons-, lideró una campaña pública en contra de McMaster, acusándolo de «oponerse a las posiciones fundamentales de Trump respecto de Israel, Irán y el terrorismo islámico».

Incluso el propio Trump comentó en un tweet de 2015 el poder que tenían los Adelsons sobre los candidatos que financian. «Sheldon Adelson está buscando entregar una gran cantidad de dólares a Rubio (Marco, republicano de Florida), porque siente que puede moldearlo como su marioneta perfecta. ¡Estoy de acuerdo!», publicó el entonces competidor de Hillary Clinton.

Por su parte, el multimillonario Bernard Marcus, co-fundador de Home Depot, ocupa el segundo lugar de mayores donantes a la campaña de Trump, con $7 millones de dólares. También aportó $530 mil dólares al ‘super PAC’ de Bolton y ha tildado a Irán como «el demonio» en conversaciones con Fox Business.

Finalmente, el inversor Paul Singer, si bien era perfilado como un conservador que se oponía a Trump, una vez ungido en la presidencia optó por ayudarlo  con un millón de dólares.

Aunque ha tenido una opinión más calmada respecto al conflicto en comparación con los otros, Singer ha hecho generosas donaciones a la entidad del neoconservadurismo Foundation for Defense of Democracies, «cuyos expertos han pasado la última década promoviendo políticas para presionar, económica y militarmente, a Irán», subraya Eli Clifton.

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