CFR y neocons trabajan juntos para exagerar vínculo de Irán con Al Qaeda

Antes del reporte de inteligencia de James Clapper que precedió a la advertencia senatorial de ataques iraníes en los Estados Unidos, el Consejo de Relaciones Exteriores publicó un artículo en su sitio web Foreign Affairs impulsando la idea de que al-Qaeda e Irán están trabajando juntos.

“Irán parece estar dispuesto a expandir su relación limitada con al Qaeda. Igual como con su otro subrogante, Hezbollah, el país podría voltearse a al Qaeda para tomar represalias contra cualquier ataque estadounidense o israelí”, escribió Seth G. Jones el 29 de enero.

Jones argumenta que la Fuerza Quds de Irán inició relaciones con al-Qaeda al importar a cientos de sus miembros. Indica que Estados Unidos estuvo involucrado en conversaciones con Irán y exigió que deportara a líderes de al Qaeda a sus países de origen. Irán presuntamente se rehusó a hacerlo.

Irán más tarde arrestaría en prisión o bien pondría bajo arresto domiciliario a miembros de al Qaeda. A pesar de esta reacción, Jones argumenta, Irán es hoy un importante satélite de al Qaeda, incluso cuando el supuestamente difunto Anwar al-Awlaki denunció a Irán en 2010.

La afirmación de Jones sobre un ridículo nexo entre Irán y al Qaeda está dentro de las teorías conspirativas oficiales salidas del reporte de la Comisión del 9/11, y de acusaciones hechas por neoconservadores de la era de Bush. Mayor parte de la información usada para establecer un vínculo entre Al Qaeda e Irán fue ganada durante la interrogación de presuntos detenidos de al Qaeda. Estados Unidos asegura que una cantidad de secuestradores del 9/11 y agentes de Al Qaeda viajaron a Irán desde Afganistán, pero sin ofrecer ninguna evidencia directa de conexión entre los vuelos y los iraníes.

También se debe hacer hincapié en que Irán ha intentado trabajar con la administración Bush para entregar a miembros de Al Qaeda aprisionados en Irán al nuevo gobierno de Afganistán, a cambio de información sobre detenidos de Guantánamo que son sospechosos de haber asesinado a nueve diplomáticos iraníes en Kabul, Afganistán, en 1998. La solicitud iraní fue rechazada luego de que Bush declarara a Irán parte del Eje del Mal. Antes del desaire de Bush, Irán había entregado a cientos de sospechosos de Al Qaeda a aliados de Estados Unidos después de la derrota del talibán. Proveyó así valiosa información, nombres, fotografías y huellas de los miembros sospechosos de Al Qaeda que mantenía en prisión.

El reporte del CFR – mientras menciona al detención iraní de sospechosos de Al Qaeda y también la improbabilidad de una colaboración entre el Irán chií y militantes sunistas wahhabistas – basa sus aseveraciones en la profundamente defectuosa narrativa del 9/11 y una cantidad de “hechos” con desaciertos históricos sobre el grupo terrorista creado y entrenado por la CIA.

Los neocons fácilmente se han colgado del reporte del CFR y están impulsándolo como un pretexto para invadir Irán.

“Jones es claramente sensible ante la posibilidad de que la evidencia que ha producido pueda fortalecer la mano de aquellos que respaldan una acción militar contra las instalaciones nucleares iraníes”, escribió el antiguo escritor de discursos de Bush, Marc Thiessen. “Éste concluye que un ataque preventivo a las instalaciones nucleares de Irán podría devolverse al apoyar una cercanía entre Irán y Al Qaeda”.

“Este ciertamente es un riesgo que debemos pesar antes de tomar cualquier acción militar. Pero quienes hacen las políticas podrían concluir razonablemente que el riesgo de una alianza más cercana entre Irán y Al Qaeda, a largo plazo, no supera el riesgo de un régimen iraní armado con armas nucleares”, concluye Thiessen.

Los neocons ya han demostrado su disposición a sostenerse de la misma línea falaz de razonamiento que derivó en la invasión de Irak. Esta vez, no obstante, permitirán que Israel bombardee los sitios nucleares iraníes bajo el pretexto de locos ayatolás en posesión de armas nucleares.

Un ataque más grande y ominoso contra el gobierno iraní y su infraestructura civil será llevado a cabo por los Estados Unidos, tal y como lo fue en Irak. El objetivo no es terminar con el programa nuclear de Irán, sino reducir a la nación a cimientos y asegurarse de que no se convierta en un jugador decisivo dentro de la región, un rol que será asignado a Israel y otro número de corruptos estados clientes árabes y musulmanes.