Anuncian captura del «Chapo» Guzmán, el narco que traficaba en aviones de la CIA
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, confirmó este sábado la detención del líder del cartel de Sinaloa, quien es sindicado como el traficante de drogas más buscado del mundo.
Joaquín “El Chapo” Guzmán habría sido arrestado sin disparar un tiro, en un operativo conjunto de la Secretaría de Gobernación, la Marina, la Procuraduría General de la República, la Policía Federal y el servicio de inteligencia del país, cuando se encontraba oculto en un sofisticado refugio, conectado con siete casas a través de túneles.
El procurador general de México, Jesús Murillo Karam, informó que el narco, sobre quien pesaba una recompensa de 2,3 millones de dólares por información que condujera a su captura, fue detenido a las 6:40 (hora local) y será trasladado a un penal.
De concretarse el encarcelamiento definitivo de Guzmán, ello supondría un vuelco en cuanto a la protección que la inteligencia norteamericana le ha entregado por años.
En agosto de 2011, el traficante Jesús Zambada Niebla acusó al gobierno estadounidense de permitir que el cartel de Sinaloa “continuara ingresando toneladas de drogas ilícitas a Chicago y al resto de Estados Unidos”. En su declaración judicial, Zambada Niebla confesó que el gobierno de Bush hizo un acuerdo con los líderes de la organización.
Bajo el tratado secreto, el cartel proveería información sobre organizaciones mexicanas rivales. “A cambio, el gobierno de Estados Unidos acordó cesar la persecución del proceso contra Loya, no interferir con sus actividades de narcotráfico y las del Cartel de Sinaloa, no perseguirlo activamente a él, ni al Chapo ni a Mayo ni a los líderes del Cartel de Sinaloa, y no detenerlos”, afirmó Zambada.
En noviembre de 2012, una investigación periodística de Contralínea reveló que la policía fronteriza de Estados Unidos entregó fusiles AK-47 a un grupo de sicarios al mando del “Chapo” Guzmán en lo que se llamó el escándalo de ‘Operación Rápido y Furioso’.
La relación entre la CIA y el narcotraficante quedó en evidencia cuando el jet Gulfstream II, patente N987SA, se estrelló en 2007 con cuatro toneladas de cocaína a bordo, cerca de Mérida. La aeronave sólo había sido empleada para vuelos clandestinos: primero para un programa de torturas de la CIA, y posteriormente para el “Chapo” Guzmán.
Documentos de la Administración Federal de Aeronáutica de EE.UU. ubicaron como uno de los últimos dueños del jet a la compañía Donna Blue Aircraft, cuya dirección en Florida resultó ser una oficina vacía.
Según reportó el periodista Daniel Hopsicker, el Gulfstream II había pasado por las manos de poderosos propietarios: un reservado magnate que invirtió más de un millón de dólares en propaganda electoral para el candidato George W. Bush, y el traficante de armas saudita y agente de la CIA, Adnan Khashoggi.
Entonces la cia y los gobiernos venden drogas y persiguen solo a los pequeño s productores.