Cuestionado ex jefe de inteligencia dirigió operativos durante incidentes incendiarios en Santiago

Ex encargado de la Dirección de Inteligencia de Carabineros (Dipolcar), cuyas mentiras no dejaron de repetirse el pasado año, apareció en televisión como Jefe Metropolitano subrogante durante los incidentes incendiarios que terminaron con una moto policial y un bus quemados en la capital.

Bruno Villalobos Krumm, quien ejerció como jefe de seguridad de Michelle Bachelet y encabezó el brazo de inteligencia de Carabineros hasta 2012, apareció el miércoles pasado en televisión emitiendo declaraciones sobre los sospechosos de los “ataques” a una carabinera y la emboscada a un bus del Transantiago.

“Diligencias posteriores y gracias a personal de civil que transitaba por el lugar, se logró la identificación de uno de los sujetos”, dijo Villalobos a la prensa refiriéndose a la quema del bus. “Tiene 21 años, no es estudiante”.

El medio Panorama News publicó ayer que el Depto. de Derechos Humanos de la CUT recibió antecedentes que apuntan a un montaje de los organismos de seguridad del gobierno en ambos incidentes. Al día siguiente de los hechos, las autoridades anunciaron que invocarían la Ley de Seguridad Interior del Estado para agravar las penas de quienes resulten responsables.

Aunque en medios como Cooperativa, citando declaraciones de una pasajera, se habló de un grupo de “50 encapuchados” que “encendieron barricadas y las emprendieron contra el bus”, Carabineros capturó sólo a dos presuntos responsables: Sebastián Fajardo Silva y Eduardo Garay González, de 21 años cada uno. Curiosamente, Medianoche informó que ambas detenciones fueron realizadas por “funcionarios de civil”.

Poco después de exhibir las declaraciones de Bruno Villalobos, el reportero de Medianoche informó en directo: “El general jefe de zona hablaba de un detenido. Información de último minuto indica que personal de Carabineros, también de civil, logró la detención de otro adulto que está siendo interrogado en estos momentos”.

En resumen: de más de una decena de encapuchados, sólo dos detenidos. Ambos por funcionarios de la Dipolcar que justo “transitaban” por el lugar, el día en que el propio ex encargado de la unidad ejercía como jefe subrogante de la Zona Metropolitana.

La tesis de un montaje no resultaría para nada descabellada dado los precedentes de escasa credibilidad que el general Villalobos ha demostrado al mando de la Dipolcar.

En julio de 2011, el diputado Sergio Ojeda denunció que Bruno Villalobos lo amenazó vía telefónica para impedir que la Comisión de DD.HH. volviera a recibir denuncias en su contra; específicamente, aquellas que dicen relación con su complicidad en las escuchas ilegales a teléfonos de parlamentarios, dirigentes sindicales, abogados, embajadores y autoridades de gobierno mientras encabezaba la Dirección de Inteligencia.

“No voy a aceptar que cuestione la forma de proceder de la comisión, ni la forma en que decide recibir a quienes concurren a ella”, declaró Ojeda, pidiendo al entonces general Eduardo Gordon que exigiera la renuncia de Villalobos.

Una de las denuncias más emblemáticas dentro de los nombres mencionados en la Comisión por dos Suboficiales (R) de Carabineros, es la intervención telefónica del embajador de Pakistán, Burhanul Islam, en el marco del montaje “caso paquistaní”. Altas fuentes de la institución uniformada, incluso dentro de la Dipolcar, revelaron a Panorama News que este pinchaje se realizó por orden directa del ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter.

“Hay antecedentes de que pincharon hasta comunicaciones del ex presidente Lagos con su ministro del Interior”, declaró el abogado denunciante, Rubén Jerez Atenas, al diario La Tercera. El profesional también reveló que las escuchas: «se hacen a través de tres formas. Una es que no se pide ningún tipo de autorización al juez, lo otro es que al juez se le engaña, se le dice que hay una causa por droga y se mete un fono que pertenece a una persona distinta a la de los imputados, y la tercera es cuando se dan estas autorizaciones y la fiscalía ha escondido los antecedentes de que, por ejemplo, se trata de un abogado».

Villalobos luego volvió a estar en la polémica cuando se desdijo de sus afirmaciones sobre las escuchas ilegales. Inicialmente en julio de 2011, el general declaró a La Segunda que las denuncias sobre los pinchazos eran “una sarta de mentiras”.

El entonces director de la Dipolcar afirmó: “esta gente me tendrá que explicar de dónde saca información de la Dirección de Inteligencia. Si el periodista se ampara en el secreto profesional, él pasa a ser responsable por sus dichos. Tendrán que responder por toda esta sarta de mentiras. Esto está en la línea del espionaje, porque cómo sabe que en el séptimo piso están los equipos… en todo caso, se equivocó de piso. Ahí hay teléfonos, radios, televisores».

Más tarde en octubre de 2011, Villalobos declaró al mismo medio: “parte de la información contenida (…) en la audiencia ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados son efectivas”. Para evidenciar más aún sus mentiras anteriores, el uniformado admite: «es cierto que la Dipolcar tiene en su poder los vehículos individualizados, que tiene equipos de comunicaciones en el séptimo piso de su cuartel y que numera su documentación de la forma como comentan».

Pero las contradicciones no terminan allí. En diciembre de 2011, el propio fiscal Raúl Guzmán dejó en claro ante los querellantes del caso, Rubén Jerez Atenas y su colega Claudio Cofré Soto, que Villalobos mintió cuando aseguró que los equipos de espionaje habían sido enviados para su examen.

“Los querellantes supieron, a través del fiscal, que los equipos de la Dipolcar (Dirección de Inteligencia de Carabineros) con los que se realizaron las escuchas telefónicas ilegales a parlamentarios no han sido periciados”, informó Panorama News.

Esto desdice las versiones de Villalobos, de que los aparatos de escucha serían facilitados a la Universidad Federico Santa María para realizar los peritajes correspondientes. Algo similar fue lo que el fiscal regional de Valparaíso, Pablo Gómez, declaró a La Tercera en julio de 2011, luego de tomar declaración a Bruno Villalobos y afirmar que había encargado “a dos peritos de la Universidad Federico Santa María analizar estos equipos”.

En fin, el patrón del encubrimiento se repite en todos los casos mencionados. ¿Podremos estar seguros de que el gobierno y sus instituciones policiales nos están diciendo toda la verdad? A sabiendas de que Bruno Villalobos mantendrá un puesto en el Alto Mando de la institución para 2012, a cargo de Fronteras y Servicios Especiales, pues no. Sólo podemos esperar que la complicidad entre el gobierno y las policías, en montajes tan evidentes como el caso paquistaní o el caso bombas, continúe igual para este año y los que siguen.