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Washington Post ignora admisión de Étienne Davignon sobre papel de Bilderberg en la Unión Europea

El Washington Post publicó ayer un artículo titulado “¿Es Bilderberg una cumbre de asuntos mundiales o una poderosa cábala? Depende de a quién preguntes”.

La contradicción del titular es en realidad una paradoja. Según todas las versiones, Bilderberg es una conferencia donde se discuten asuntos mundiales, y claro, sus miembros centrales forman parte de una poderosa cábala global. Entonces sugerir que es una opción o la otra, es ingenuo y engañoso. De cualquier manera, la contradicción se desmorona cuando el artículo avanza.

La publicación está obviamente escrita de manera apresurada, repleta de afirmaciones que dejan en evidencia que se trata de la primera cobertura de Bilderberg que efectúa el Washington Post. El error más profundo del artículo debe ser el siguiente:

«A lo largo de los años, aficionados de la conspiración han abrazado nociones como que el grupo está detrás de la creación del euro, y reúne a perdedores y ganadores de las elecciones presidenciales de Estados Unidos – o al menos eligen al candidato para vicepresidente.«

Según el autor, la admisión de Etienne Davignon – presidente por una década del Grupo Bilderberg – de que el reservado club ayudó a crear el euro en los noventa, es una simple teoría de la conspiración, incluso cuando sus declaraciones fueron plasmadas en el periódico online EUobserver en 2009:

En junio, una reunión del Grupo Bilderberg en Europa – un club informal de políticos, hombres de negocios y pensadores líderes encabezados por el Sr. Davignon, podría también “mejorar el entendimiento” de acciones futuras, de la misma manera en que ayudó a crear el euro en los noventa, dijo”.

Sostener que Davignon estaba borracho, o loco, o citado por error, sería mejor que escribir que sólo “creyentes en teorías conspirativas” pensarían que Bilderberg fue una fuerza decisiva detrás del euro.

Por supuesto, sabemos que el proceso hacia una moneda europea única, como también una “voz” europea única, han sido ideas de Bilderberg de muchos antes de los noventa. En la transcripción filtrada de una reunión del grupo de 1955 (dirigida por el príncipe Bernardo de Holanda), sus participantes hablaron sobre “impulsar la necesidad de unir al pueblo alemán, junto a otros pueblos de Europa, en un mercado común”, y el deseo de “llegar en el menor tiempo posible al grado más alto de integración, comenzando con un mercado europeo común”.

Ya en 1970, Etienne Davignon publicó un reporte en el que los ministros de Asuntos Exteriores de seis naciones juraron acelerar la agenda europea a través de reuniones informales. El reporte, al cual los ministros juraron lealtad, admite derechamente que la integración de naciones, política y económicamente, debe seguir un camino gradual y progresivo, a través del instrumento de “etapas sucesivas”.

El informe, llamado Reporte Davignon, fue publicado en el boletín de las Comunidades Europeas en noviembre de 1970, y detalla cómo la élite de Europa planeó la integración europea, no por azar, sino por “etapas sucesivas y el desarrollo gradual del método e instrumentos mejor calculados para permitir un curso político de acción común”.

Además, el reporte señala que, no tanto a través de reuniones formales sino informales, este impulso incremental debe ser coordinado. Aunque el Reporte intenta proyectar la ilusión de una fiscalización democrática del programa, diciendo que “La opinión pública y sus voceros deben estar asociados con la construcción de la unión política”, luego dice que los “Ministros y miembros del Comité de Asuntos Políticos del Parlamento Europeo mantendrán seis reuniones mensuales para discutir preguntas que son sujetas a consultas, en el marco de cooperación en política exterior. Estas reuniones serán informales, para asegurar que los parlamentarios y ministros puedan expresar sus opiniones libremente”.

Informal, en este respecto, significa que las reuniones se llevarán a cabo fuera del alcance de los periodistas, de la misma forma en que las reuniones de Bilderberg son descritas como cumbres informales, donde transnacionalistas pueden compartir pensamientos sin irritantes medios de comunicación haciendo ruido y registrando sus intercambios. Sabemos también que las reuniones “informales” más importantes han sido presididas por el propio Sr. Davignon durante la última década.

En un intento por restar importancia a Bilderberg en su influencia sobre la política, Davignon declaró a la BBC en 2005: “Es inevitable y no importa. Siempre habrá gente que crea en conspiraciones, pero las cosas pasan de una manera mucho más incoherente”.

Bueno, no tan incoherente según la comisión de Davignon que encabezó a inicios de los setenta, y el posterior reporte que lleva su nombre. Por tanto, aquí no existe teoría conspirativa. Sólo hechos. El autor del artículo del Washington Post haría un buen trabajo si aprendiera sobre los elementos más básicos de Bilderberg antes de tocar el tema.

Un comentario
  • Anónimo
    3 junio 2012 at 9:10 pm -

    La oligarquía de estos tipos se comporta como una una serpiente, ya sabes, parece indefenza y en el menos descuido te ataca.

    Ellos mismos a través de los medios de comunicación han expandido de que se trata de una conspiración de paranóicos para bajarle perfíl y nadie crea en que en realidad hemos creado una civilización mundial a base de mentiras y de que sí existe el plan fascista.

    Lorena