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Sondajes mineros en río Huasco: SMA detecta elusión al sistema de evaluación de impactos

La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) acogió una denuncia presentada por el Movimiento Socioambiental Valle del Huasco y la Coordinadora por la vida del Valle del Huasco respecto a más de 190 sondajes efectuados por la empresa de intereses mineros Nueva Unión, los cuales no han sido evaluados ambientalmente.

Según publicaron las organizaciones, hay una «serie de constataciones hechas por la autoridad fiscalizadora que dan cuenta de una intencionalidad de Nueva Unión enfocada hacia una incorrecta y abusiva utilización del ordenamiento jurídico ambiental, con el fin de esquivar su aplicación para disminuir las exigencias de protección ambiental que se imponen».

En este aspecto, la Resolución N° 590 de fecha 13 de abril de 2020 de la SMA plantea que existen elementos suficientes para «deducir que ha existido una planificación y organización en la forma de presentar las plataformas y sondajes ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), de forma tal que se ha podido evitar, a lo menos, la calificación de algunas de estas infraestructuras».

El documento argumenta que «existe un alto número de plataformas y sondajes, que en su conjunto superarían el umbral de 40 plataformas y sus respectivos sondajes», los cuales pese a haber sido consultada su pertinencia de ingreso al sistema de evaluación, esto se ha hecho «de forma dividida».

La empresa manifestó que los proyectos serían de una tipología distinta a los mineralógicos, ya que solo buscarían información de los suelos para un estudio previo de ingeniería de obras civiles, sin embargo, la Superintendencia expresó que, por la naturaleza de los sondajes geotécnicos, «no se han descartado los impactos que puede generar dicha actividad».

Además, se observó que el SEA solo consideró «un análisis aislado de cada una de las propuestas», sin practicar «un análisis conjunto de los proyectos».

El Proyecto Nueva Unión tiene como objetivo la producción de concentrado de cobre, oro, y molibdeno, mediante la explotación a cielo abierto de las reservas minerales provenientes de dos yacimientos de la Provincia del Huasco: Relincho y La Fortuna, distantes e independientes entre sí por 42,5 kilómetros.

«En una zona de escasez hídrica, las transnacionales pretenden establecer un tranque de relaves de 2.000 hectáreas, un mineroducto bajo el curso del río, instalar 4 botaderos de estériles contaminantes, destruir más de 40 hectáreas de Vegas altoandinas, amenazando el sistema glaciar», señalan los movimientos.

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