Critican manejo de información sensible por el FBI: «Hay un desprecio por la privacidad»
A través de la ley de transparencia norteamericana, el Electronic Privacy Information Center (EPIC) solicitó al FBI un acuerdo secreto con el Departamento de Defensa que pone en marcha una base de datos biométricos que contiene antecedentes personales de millones de ciudadanos estadounidenses, como huellas digitales, rasgos faciales e iris.
La organización de libertades civiles con sede en Washington ha triunfado en numerosos juicios bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA) contra el buró e incluso tuvo éxito en un caso de 2014, donde requirió documentos similares, señala un comunicado del portal Statewatch.
En esa oportunidad, el EPIC obtuvo informes que revelaron la existencia de una tasa de error del 20% cuando la agencia operaba el sistema de reconocimiento facial en sus investigaciones.
«El director del FBI ha evidenciado un desprecio temerario por los derechos de privacidad de los americanos», afirmó Marc Rotenberg, presidente de EPIC. «Operando en secreto, el director Comey ha construido una base de datos enorme que pone en riesgo la privacidad de todos los americanos, removiendo garantías que pretendían resguardar la certeza y fiscalización del sistema de registros».
«En vez de arreglar estos problemas y cumplir la ley, el buró ha elegido expandir el programa y remover las barreras de recolección de datos (que protegerían la exactitud, relevancia y transparencia en el uso de la información)», agregó la directora del Proyecto de Vigilancia Doméstica de la misma entidad civil, Jeramie Scott.
En junio de este año, una coalición no partidista de 45 organizaciones pidió al Congreso de EEUU encargar una revisión del funcionamiento del sistema ‘Next Generation Identification’, para lo cual enviaron cartas a los comités judiciales de la Cámara de Representantes y el Senado con la solicitud expresa de celebrar audiencias con ese objetivo.
EPIC ha monitoreado el desarrollo de las tecnologías de vigilancia del FBI por muchos años. En 2015 criticó una brecha de seguridad en el servidor de la Oficina de Manejo del Personal de la agencia que permitió filtrar la información de 22 millones de empleados federales y amigos y familiares de éstos.