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El día en que la Teletón calló ante la usurpación del oro chileno

Fue en octubre del año 2008 cuando el animador Mario Kreutzberger, fundador de Teletón, selló un acuerdo con la minera canadiense Barrick Gold para que ésta inyectara fondos en un «caritativo» centro de rehabilitación.

El Compromiso Atacama sirvió de piso para que la empresa publicitara su Responsabilidad Social Empresarial con niños discapacitados de la fundación, como lo hace cada año el cúmulo de entidades privadas en manos de Luksic, Matte y compañía, que concentran la riqueza del país.

Don Francisco no podía desconocer el engañoso propósito de la iniciativa – una posible “indemnización adelantada” de Barrick, a juicio de OLCA – o dejar de plantearse la pregunta de si el daño ambiental ocasionado por la multinacional, que en otros rincones del mundo ha sido acusada de asesinatos, lavado de dinero y de ser un verdadero motor de la corrupción política en Chile y Argentina, podía afectar la imagen de la Teletón, aquella misma que se exhibe en televisión como una pura obra de filantropía.

Así como OLCA denunció el hecho exigiendo “explicaciones públicas a Teletón y su fundador, Mario Kreutzberger, por aceptar dineros de una transnacional que amenaza nuestra vida y nuestra cordillera”, también lo hizo el obispo de Copiapó de la época, Gaspar Quintana, cuando Barrick ofreció colaborar económicamente a las Hermanas del Buen Samaritano de Vallenar.

En una declaración pública emitida en julio del 2012, el prelado condenó la insistente propaganda de la empresa que cuenta entre sus directores a Gustavo Cisneros, dueño de la cadena Univisión que llevó a la fama el programa “Sábado Gigante” de Don Francisco.

“Las actividades económicas realizadas a costa de situaciones injustas con personas y comunidades, o en menoscabo de los recursos humanos y naturales, no son compatibles con la misión de la Iglesia”, sentenció el sacerdote.

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