Secuela de Kony 2012: Licencia para una conquista imperial

Aunque la segunda parte de Kony 2012 sólo tiene una duración 20 minutos, el financista-vuelto-humanitario Ben Keesey aun intenta insultar la inteligencia de una audiencia claramente más despierta. Es por esta razón que Invisible Children no sólo ha deshabilitado los comentarios de su último video. También ha hecho lo mismo con el sistema de puntuación.

Igual como la propaganda corporativa tradicional, Invisible Children se ha convertido en una operación de marketing unidireccional. Mientras se hace pasar por un ejercicio de “activismo 2.0”, los realizadores niegan a los activistas una oportunidad para expresar sus puntos de vista, fomentar el debate o tener influencia sobre la agenda.

Vendiendo la doctrina de la ONU

En su infomercial pro-imperial, Keesey comienza citando el “resultado” de una Cumbre de Naciones Unidas sostenida en 2005, bajo el nombre de “la responsabilidad de proteger”. Los términos están sacados literalmente del reporte “The Responsability to Protect”, que fue publicado en 2001 por la Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía de Estados (ICISS). El grupo estuvo compuesto por miembros del International Crisis Group (Fidel Ramos, Cyril Ramaphosa) financiado por George Soros, el Lowy Institute, el Council on Foreign Relations (CFR) y miembros de gobiernos occidentales y fuerzas armadas. Es una doctrina creada exclusivamente con el fin de justificar guerras, ganancias y conquista, por parte de antiguos gobernantes coloniales que pretenden reiniciar una era global de subyugación y saqueo.

Libia ha presenciado el horrible abuso de la “responsabilidad de proteger”. Las mismas naciones que se encuentran detrás de la doctrina iniciaron en Libia una violencia interna, utilizándola como excusa para lanzar una intervención militar. El operativo comprendió armas, dinero y apoyo aéreo, garantizándose la legitimidad de unos terroristas racistas y genocidas, destacados por protagonizar décadas de violencia no sólo en Libia, sino que en Afganistán e Irak. La asistencia de la OTAN a estos terroristas, escondidos bajo el nombre de Grupo Combatiente Islámico de Libia (LIFG, por sus siglas en inglés), no sólo ha llevado al país a un caos perpetuo, sino que ha provocado la expansión de sus campañas hacia Siria y Mali.

Irónicamente, Keesey menciona a Siria como otro candidato para la intervención de Naciones Unidas. Es irónico, porque Siria también ha sido impactada por una violencia alimentada abiertamente desde la ONU, la OTAN y sus socios en la Liga Árabe, con el propio “Ejército Libre de Siria” siendo armado, financiado y dirigido por el comandante de LIFG, Abdul Hakim Belhaj. Todo lo anterior bajo el pretexto humanitario.

Luis Moreno-Ocampo de la ilegítima Corte Penal Internacional (ICC), una vez más otorga su cuestionable aprobación a la cruzada de Invisible Children, cuyo objetivo es “capturar a Joseph Kony”. Ocampo afirma que es un “sueño” y que somos parte de una “comunidad global protegiéndonos unos a otros”. Ocampo no sólo tiene fama por este rol, mintiéndole al mundo para justificar la guerra libia, sino por sus engañosos comentarios durante la campaña contra Muammar Gaddafi, cuando confirmó la captura de Saif al-Islam Gaddafi en Tripoli y su traslado a La Haya. Al día siguiente, Saif al-Islam apareció en Tripoli dirigiendo esfuerzos para liberar a la nación. Pasarían meses antes de que fuera verdaderamente capturado.

Keesey luego afirma que el mundo apoya los objetivos de Invisible Children, no obstante el video muestra a los mismos políticos fraudulentos que han ignorado la voluntad de sus electores por décadas, dando luz verde a una masiva presencia militar en África Central para contrarrestar una escasa fuerza de 250 hombres. Keesey exhibe a un puñado de testigos congoleños que pretenden persuadirnos. Cabe recordar que en el film anterior, nos mostraron que el conflicto estaba ocurriendo en Uganda, con testigos ugandeses similares.

El remate de la secuencia llega a los 13 minutos, cuando el narrador se sostiene que la ICC ha condenado a Kony, pero que no posee un “ejército” para llevarlo ante la justicia. La “solución”, por supuesto, requiere una fuerza militar conjunta. John Predergast del “Enough Project” de Soros, declara que los 250 hombres de Kony representan una amenaza para la “paz y seguridad internacional”, y que esto requiere una “responsabilidad colectiva”. El “Enough Project” tiene su origen en el Center for American Progress, está dirigido por el lobista corporativo John Podesta, financiado por George Soros, y conectado directamente con el Depto. de Estado, y otros think-tanks con intereses especiales.

El despliegue público de la “responsabilidad de proteger”

Keesey guarda lo mejor para el final cuando afirma: “No ignoraremos los problemas de nuestros amigos simplemente porque no sean propios de nosotros – ya no vivimos más así. Y este es sólo el comienzo, porque detener la injusticia alrededor del mundo es mucho más grande que detener al LRA. Somos una nueva generación de justicia hecha para tiempos como estos. Porque nuestra libertad está unida a través del mundo y las calles”.

Efectivamente, mucho más grande que detener al Ejército de Resistencia del Señor (LRA), Kony 2012 y la misión de Invisible Children es el despliegue público de un mecanismo geopolítico, cultivado por años en las páginas de poderosos think-tanks y sellado por la ONU hace más de una década. Es el despliegue público de la “responsabilidad de proteger”. Es la institucionalización de guerras por conquista – una metodología sistemática de cosechar el caos dentro de cualquier nación que se niegue a colaborar con el colectivo globalista, resultando en violencia, real o imaginada, como excusa para socavar su gobierno, enterrar sus instituciones, y edificar redes homogéneas que estén a la par con las “instituciones internacionales” de las élites.

En realidad, el peligro más grande para la población africana son hombres como el “presidente de-por-vida” ugandés, Yoweri Museveni, quien está llevando adelante las mismas atrocidades que se le acusan a Kony. Y mientras la ONU, la ICC y un montón de otras “instituciones globales” se hacen pasar por un ejército de “caballeros blancos”, éstos han sido instrumentales en legitimar, encubrir, facilitar y beneficiarse claramente de las atrocidades de hombres como Museveni. Tan sólo el año pasado, se reportó que Museveni y una corporación británica llamada “New Forests Company”, desalojó de sus hogares a 20.000 ugandeses, incineró sus hogares, quemó vivos y disparó a todos los que se rehusaban a abandonar el lugar. Las expulsiones fueron parte de un programa de “limpieza de aire” de la ONU, con pretensiones «ecológicas», e involucró a inversores como el Banco Mundial y el HSBC.

Si una toma criminal de tierras en África puede ser institucionalizada y disfrazada como “protección del medioambiente”, entonces disfrazar una conquista imperial como “protección de civiles” bajo la doctrina de la “responsabilidad de proteger” es una progresión lógica. Kony 2012, de pies a cabeza, ha sido revelada como un fraude absoluto – una fabricación deshonesta sobre los actuales problemas en África y sus soluciones.

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