Las operaciones terroristas del FBI y sus presuntos «ataques frustrados»
El Bureau Federal de Investigaciones (FBI) ha probado una vez más que los estadounidenses sólo deberían temer a su gobierno. El último “ataque terrorista” en el Capitolio deja en evidencia la mano del FBI.
Durante el día de ayer, USA Today reportó que un sospechoso había sido arrestado por el FBI, quien iba “en camino al Capitolio estadounidense presuntamente para detonar una bomba suicida”. Mientras los reportes iniciales mostraron el incidente como un ataque terrorista apenas truncado, CBS informó que una “fuente de alto rango contó a CBS News que el individuo ‘nunca había sido una amenaza real’”. Los explosivos que el supuesto terrorista llevaba fueron entregados a él por el FBI, durante lo que describieron como una “operación duradera y extensiva”. El único contacto que el sospechoso tenía con “Al Qaeda”, era mediante oficiales del FBI que se hicieron pasar como socios del omnipresente y difícil de alcanzar conglomerado terrorista. El FBI, igual que sus contrapartes del MI5 en Inglaterra, tiene una propensión a reclutar candidatos de mezquitas para dirigirlos de manera encubierta.
Esta es sólo la última de una cadena de complots terroristas nacionales llevados a cabo de comienzo a fin por el FBI, quien ha hecho de las suyas para acercarse a posibles candidatos y entrenarlos para llevar a cabo ataques terroristas. En septiembre de 2011, otra operación de terror del FBI que pretendía atacar el Capitolio fue “frustrada”, involucrando a un chivo expiatorio que creía ser parte de un asalto que involucraría a múltiples pistoleros e incluso una aeronave no tripulada provista por el FBI.
Y quizás lo más ridículo de todo, fue el terrorista del “árbol de Navidad” de Portland de diciembre de 2010, quien también fue visitado por el FBI, provisto con entrenamiento de demolición, incluyendo una demostración con explosivos calientes en el parque Lincoln County, y una camioneta dentro de la cual el chivo expiatorio creía que sus controladores le habían dejado una bomba. El vehículo con el aparato inerte fue estacionado cerca de una ceremonia de encendido de árbol de Navidad, repleta de gente, donde el individuo intentó detonarlo remotamente antes de ser arrestado por agentes del FBI.
Después se sabría que Portland decidió retirarse heroicamente de la Fuerza Conjunta Antiterrorista del FBI (JTTF), con la operación habiendo sido realizada a espaldas del alcalde de Portland, Sam Adam, simplemente para demostrar de manera humillante su baja guardia. La ciudad de Portland luego volvió a unirse al JTTF después de las repercusiones del propio complot terrorista cocinado por el FBI.
El FBI está llevando a cabo esencialmente una campaña de “entrampamiento”, lo que el medio alternativo de noticias Media Monarchy llama apropiadamente “terrornoia”. Y mientras es cierto que estos incidentes están siendo usados para fomentar un clima de miedo y justificar la “guerra contra el terrorismo”, existen implicancias mucho más siniestras sobre las cuales el lector debiese saber.
En 1993, el FBI llevó a cabo una “operación de anzuelo” idéntica en la ciudad de Nueva York. El objetivo era el World Trade Center y el arma escogida un carro bomba, que como los ataques mencionados más arriba, debía contener un aparato inerte. Ayudando al FBI se encontraba un informante egipcio, Emad Salem, que durante la investigación levantó sospechas de los agentes federales y comenzó a grabar sus conversaciones telefónicas con ellos.
De estos registros liberados por el New York Times, se supo que el FBI cambió el aparato inerte por explosivos reales en el último momento, resultando en un ataque que mató a 6 personas e hirió a más de mil. A pesar de esta evidencia, el ataque de 1993 es aún atribuido a “terroristas”, silenciando así la participación del FBI.
Las implicancias son, con la actual práctica nacional del FBI de chivos expiatorios siendo entrenados, dirigidos y provistos de material para llevar a cabo ataques que el Bureau luego “frustra”, que alguna de estas operaciones pueda ser en cualquier minuto conmutada por un ataque real, así como ocurrió en 1993. La masacre resultante sería usada para manipular la opinión pública como en 1993, 2001, el 7/7 de Londres, y en Madrid, España, en 2004.
Los riesgos son ahora exponenciales luego de saberse que Israel está entrenando, armando y dirigiendo a la organización Mujahedin de Irán, enlistada como una célula terrorista por el Depto. de Estado y también llamada Mujahedeen e-Khalq (MEK). Estados Unidos también jugó un rol importante en apoyar a MEK, la cual está actualmente llevando a cabo una campaña de terror dentro de Irán.
El reporte “Which Path to Persia?” del Instituto Brookings enumera métodos para provocar a Irán y generar un conflicto, los cuales incluyen conspirar para financiar a grupos de oposición que deseen derrocar al gobierno iraní, boicotear la economía iraní, y financiar a organizaciones terroristas como MEK para ejecutar ataques dentro del país. La respuesta iraní podría dar justificación para la guerra.
Con esto en mente, y con el ataque de 1993 al World Trade Center como precedente histórico, es casi seguro que occidente y el Mossad están llevando a cabo las actuales olas globales de terrorismo que ahora están siendo adjudicadas a Irán. Esto incluye los ataques con bomba fallidos en India y Georgia, y un incidente más reciente en Bangkok, Tailandia.
Oficiales de policía en Estados Unidos podrían estar presenciando la conducción de presuntas “operaciones de anzuelo” por parte del FBI, que podrían terminar en un eventual ataque terrorista mayor en suelo estadounidense – y un pretexto para la guerra con Irán.
Los miedos del alcalde de Portland, Sam Adams, estuvieron bien fundamentados. Se necesitó un acto de terror para fortalecerlo y llevarlo a retirarse del programa federal del JTTF. La policía local, por su propia seguridad y la de la gente que dicen servir y proteger, debería ser sabia y poner un ojo sobre el FBI, aparentemente la fuente más probable de terrorismo “frustrado” y “exitoso”.
Los tentados terroristas «Mulas» de EEUU, son de un nivel tan deficiente que hasta un niño se daría cuenta. ¡A lo mejor los está asesorando HINZPETER!