El manto de protección que oculta los crímenes de Agustín Edwards
Una indignante situación se produjo en la última semana cuando ARTV, canal que controla el productor Luis Venegas, sacó la cinta “El diario de Agustín” de su parrilla programática.
La decisión provocó la renuncia de Natalia Arcos, directora de la estación, quien acusó una censura hacia el documental que expone las mentiras y los crímenes históricos del patriarca de la familia Edwards, dueña de El Mercurio. “Me voy tranquila después de casi 5 años de gestión, donde siempre abogamos por un canal libre y democrático”, manifestó Arcos.
Poco se supo sobre el origen de la determinación. ARTV es actualmente propiedad del holding Televisión Interactiva S.A., que maneja los canales Via X, Zona Latina y Bang TV. La trayectoria de su dueño Luis Venegas no ha estado exenta de polémicas. Varios de sus antiguos empleados han tenido problemas con él.
La censura del documental de Ignacio Agüero, sumada a un episodio similar ocurrido en TVN y el Museo de la Memoria, viene a confirmar la fuerte red de protección mediática con la que goza Agustín Edwards Eastman, heredero de un imperio periodístico que no puede escapar de su oscuro pasado como defensor de las violaciones a los derechos humanos en dictadura.
Edwards no sólo conspiró en el extranjero para perturbar el orden democrático del país y derrocar al presidente Salvador Allende en un sangriento golpe de Estado, sino que ha sido uno de los principales cómplices y encubridores de las operaciones encubiertas que la CIA realiza en Chile.
Seis años antes del golpe, el 5 marzo de 1967, El Mercurio justificaba en su editorial las sucias labores de la CIA. Hace muy poco había sido denunciada la infiltración de la Agencia en la Asociación Nacional de Estudiantes (NSA) de Estados Unidos y otros movimientos universitarios. Las platas de la CIA tocaban incluso a altos líderes de la Democracia Cristiana.
Bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, era habitual que Edwards mantuviera contacto periódico con Ralph Dungan, embajador de Estados Unidos en Chile. Dungan era el hombre de confianza del presidente Lyndon B. Johnson y había sido dirigente de la NSA, el organismo acusado de espionaje y divisionismo contra grupos estudiantiles progresistas de la región.
El cabecilla de El Mercurio conservó su cercanía con la embajada hasta la elección de Allende, en 1970. Según el libro “Legado de Cenizas: Historia de la CIA” del periodista Tim Werner, en septiembre de ese año, Edwards voló a Estados Unidos para juntarse con su amigo Donald Kendall, gerente superior de la Pepsi y uno de los principales financistas de Nixon.
Tras la cita, el director de la CIA Richard Helms se reunió con Edwards en el Hilton de Washington. Allí hablaron sobre la posible fecha para un golpe militar contra Allende. En total, la CIA entregó un millón 950 mil dólares (8.5 millones de hoy) directamente a Edwards y “El Mercurio” para levantar una campaña contra el presidente socialista.
En una entrevista con El Ciudadano, el escritor Armando Uribe revela que Edwards es sindicado por el vicedirector de la CIA, Vernon Walters, como “el principal recurso” de la Agencia en toda Latinoamérica. El mismo protagonismo que Edwards tiene para la inteligencia estadounidense es reconocido por el dirigente de Patria y Libertad, Roberto Thieme.
La fructífera relación de Edwards con el “gobierno invisible” de Estados Unidos, representado por figuras tan siniestras como el banquero David Rockefeller, se mantiene presente hasta la actualidad.
Excelente cobertura a un tema que merece exposicion en los medios. Gracias V.A.
Viejo culiao!!! Y pensar que un dia paso a 1 mt de mi y no le puse una paya en raja con unas botas vaqueras y con aji y veneno. Lo unico bueno es que falta poco pa que se vaya al infierno!!!!