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Aviones de la CIA ingresaban toneladas de cocaína a EEUU: documento revela empresas fantasma

La declaración jurada de un agente de la DEA publicada por el periodista Joe Hanel (Descargar aquí) arroja nuevas luces sobre el misterio de dos aviones de San Petersburgo, Florida, involucrados en el transporte ilícito de diez toneladas de cocaína a Estados Unidos.

Ahora se sabe que el jet Gulfstream II estrellado en México a mediados de 2007 – una aeronave que había sido utilizada anteriormente en operaciones de la CIA – pertenecía a un extraño programa del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas llamado “Operación Jaguar Maya”.

Diversas agencias federales de EEUU allanaron hace dos semanas las instalaciones de World Jet Inc., una compañía ubicada en Fort Launderdale que se encuentra ligada a las aeronaves.

El investigador Daniel Hopsicker publica hoy un detallado reporte sobre el caso, el cual pasamos resumir en exclusiva para Verdad Ahora.

Absoluto secretismo

Entre los grandes crímenes que existen, el tráfico de drogas es frecuentemente tratado como un tema de alta gravedad para la seguridad nacional. Nadie dirá por qué, pero hay mucho dinero involucrado.

El secretismo ha quedado especialmente claro en el caso de dos aviones de droga descubiertos en Yucatán y cuya apropiación reveló que Wachovia, el cuarto banco más grande de Estados Unidos, había lavado $378 mil millones de dólares para carteles mexicanos del narcotráfico.

Raúl Jiménez Alfaro”, por ejemplo, a quien los investigadores identifican como el hombre a cargo de traer el DC-9 ‘reventado’ en México con 5.5 toneladas de cocaína a bordo, y que se dirigía al norte de Estados Unidos, se declaró culpable en una Corte Federal de Miami utilizando un alias, por que su papel en el movimiento masivo de estupefacientes quedará en secreto.

Otro ejemplo es Juan Carlos Abadia. La DEA lo considera el mayor jefe de drogas desde Pablo Escobar, líder del cartel de narcotráfico más grande del mundo. Abadia sería responsable de la exportación de más de 500 toneladas de cocaína avaluadas en 10 mil millones de dólares en Estados Unidos.

Pero cuando Abadia se declaró culpable en 2011 por traficar droga e integrar el crimen organizado en una Corte Federal de EEUU, ningún periódico del país cubrió su condena. Pasó completamente inadvertido. Ni la DEA emitió un comunicado de prensa.

Complementando esta “anormalidad” encontramos otro hecho extraño: pese a que Abadia fue sentenciado a 25 años de prisión, una búsqueda de localización de prisioneros en el sitio web del Departamento Federal de Prisiones no arroja resultados de su nombre entre aquellos que están actualmente encarcelados. Llamadas telefónicas consultando sobre su paradero al Departamento fueron respondidas con un “sin comentarios”.

El lavado de Whittington

La declaración del agente de la DEA entrega detalles de una larga investigación sobre el ‘dealer’ de aeronaves, Reginald “Don” Whittington, de 67 años. Se sospecha que ilegalmente Whittington, según el documento, arrendaba aeronaves de Florida a carteles del narcotráfico, lavando posteriormente las ganancias relacionadas con drogas a través de un hotel de cinco estrellas y un rancho en Colorado.

El documento también contiene impactante información sobre la facilidad con la que carteles de la droga mexicanos y colombianos pueden comprar aeronaves estadounidenses – al igual que cierta cantidad de protección – de poderosos personajes como Whittington, o el no-mencionado Larry Peters de Skyway Aircraft en St. Petersburgo, quien ha vendido numerosos aviones a carteles mexicanos con una aparente impunidad.

El sistema funciona más o menos así: la compañía de Whittington vendía aeronaves con precios inflados a narcotraficantes, pero manteniendo el título y número de registro estadounidense a nombre de World Jet u otro designado. Entonces, luego de que los traficantes terminaran de utilizar las máquinas, World Jet las “reposeía” a una pequeña ganancia.

El valor claro de esta estrategia es proveer la “negación plausible”. E incluso si la aeronave es capturada, al mostrarse como un “propietario inocente” de la misma existe buena chance de que los participantes recuperen el avión.

“En el caso de que la aeronave se incaute en virtud de una interdicción de narcóticos, ambas partes pueden negar su responsabilidad y World Jet Inc. puede recuperar la aeronave”, dice el documento de la DEA.

Compañía fantasma

La documentación confirma reportes publicados en el sitio del periodista Daniel Hopsicker, que cuestionaron la existencia de Donna Blue Aircraft, la compañía de Florida que la FAA identificó como propietaria del Gulfstream II que cayó en Yucatán el 24 de septiembre de 2007 cargando cuatro toneladas de cocaína.

Las sospechas sobre la cadena de mando “inusual” de los dos aviones terminaron por encontrar asidero. La declaración afirma que “El 24 de septiembre de 2007, un jet turbo Gulfstream II de 1975 con el número N987SA se estrelló en la Península del Yucatán mientras cargaba 3723 kilogramos de cocaína, que fueron recuperados por el gobierno mexicano, según documentó la DEA en Ciudad de México».

“El N987SA era propiedad de Donna Blue Aircraft Inc., que fue posteriormente identificada como una compañía de fachada para la operación encubierta ICE basada en Tampa, Florida, llamada Operación Jaguar Maya”.

Dicha operación encubierta, en el caso más probable, pudo proveer una tapadera para la operación de narcóticos de la CIA que cubrió las actividades de un avión ya poseído por la Agencia, el Gulfstream II.

Según reportó Holpsicker hace cinco años, el Gulfstream II había pasado por las manos de poderosos propietarios: un reservado magnate que invirtió más de un millón de dólares en billboards de propaganda electoral para el candidato George W. Bush en 2000, un traficante de armas saudita y agente de la CIA de larga data, Adnan Khashoggi, y, últimamente, individuos de Nueva York ligados fuertemente a la mafia rusa.

Varios días después de estrellarse el Gulfstream II en el Yucatán, el periodista Daniel Hopsicker visitó la dirección – Lyons Technology Parkway #8 in Coconut Beach FL – que Donna Blue Aircraft Inc establecía como su base de operaciones en documentos de la FAA. Lo que encontró fue una oficina vacía con un letrero blanco en el frente. No había señal alguna de una entidad llamada Donna Blue Aircraft Inc. Lo que sí había, en cambio, era media docena de carros policiales sin marca, estacionados directamente enfrente de la oficina.

En relación al Gulfstream II, el documento de la DEA señala que la aeronave fue vendida desde una compañía instalada en Delaware: SA Holdings LLC de Donna Blue Aircraft. La operación produjo un cheque de venta para Clyde O’Conner y Gregg Smith. “Clyde O’Conner y Greg Smith han sido, largamente, blancos de investigaciones de la DEA por traficar cocaína desde Sudamérica a Centroamérica y México”, dice la declaración.

Un comentario
  • Anónimo
    14 diciembre 2013 at 11:58 am -

    Se necesitan medios para financiar las intervenciones militares y de traidores a sus pueblos, Chile, Irak, Siria, Venezuela, Cuba, etc…