Bill Gates inyecta millones de dólares para controlar el clima

Multimillonario financia proyectos que pretenden inyectar partículas de azufre en la atmósfera.

El fundador de Microsoft, Bill Gates, continúa inyectando millones de dólares a proyectos de geoingeniería – control del clima – altamente riesgosos, que pretenden ofrecer una solución al calentamiento global. Esta opción, sin embargo, ha sido catalogada por los medioambientalistas como una amenaza mayor que el propio cambio climático.

“Preocupaciones están creciendo en relación a un pequeño pero influyente grupo de científicos, y sus patrocinadores, que podrían tener un efecto desproporcional en decisiones sobre investigación y políticas de geoingeniería”, reporta el Guardian de Londres, citando a críticos que afirman que el financiamiento de Gates ha facultado a proponentes de la geoingeniería a “dominar las deliberaciones del Panel Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático”.

En 2010, Gates fue criticado por inyectar $300,000 dólares en tecnología de nubes artificiales, la cual involucraba el rociamiento de nubes con partículas microscópicas, dirigidas a reflectar la luz solar. El experimento fue catalogado como “peligroso” por medioambientalistas.

El reporte revela que Gates ha respaldado a los profesores David Keith, de la Universidad de Harvard, y Ken Caldeira de Stanford, con alrededor de $4.6 millones de dólares para financiar estudios basados en la premisa de inyectar partículas de azufre a la atmósfera superior con la intención de reflectar la luz solar.

Experimentos similares a la propuesta de Caldeira ya han sido llevados a cabo por científicos apoyados por el gobierno estadounidense, tales como los del Laboratorio Nacional de Savannah River en Aiken, S.C, del Depto. de Energía de Estados Unidos (DOE). En 2009, estos científicos empezaron a conducir estudios que involucraban el disparo de enormes cantidades de partículas de suspensión, en este caso “microesferas de paredes porosas”, a la estratósfera.

La exposición al azufre ha sido vinculada con innumerables enfermedades físicas y neurológicas, incluyendo daños reproductivos, cambios en el comportamiento, daños al sistema inmune, como también al riñón, el corazón y desórdenes estomacales.

Incluso el científico pro-geoingeniería, Mark Watson, admite que inyectar azufre a la atmósfera podría llevar a “lluvia ácida, deterioro del ozono o disrupción de los patrones climáticos”.

El meteorólogo de la Universidad Rutgers, Alan Robock, también “creó simulaciones en computadora que indicaban que las nubes de sulfato podrían debilitar, potencialmente, los monzones veraniegos asiáticos y africanos, reduciendo la lluvia que riega cultivos de alimentos de millones de personas”.

El reporte del Guardian revela que el dinero de Gates está siendo gastado por científicos que presionan a gobiernos para que provean financiamiento público a masivos experimentos de geo ingeniería, a pesar de la oposición de prominentes medioambientalistas que advierten que los peligros potenciales son inmensos.

“Los ‘eco-clique’ están haciendo lobby por una inyección masiva de fondos públicos para hacer investigación sobre geoingeniería. Ellos prácticamente dominan toda indagación sobre geoingeniería. Están presentes en casi todas las decisiones de expertos. Han dirigido a los asesores de investigaciones parlamentarias y sus opiniones dominarán, lo más probable, las deliberaciones del Panel Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático (IPCC), mientras éste se enfrenta por primera vez con la maraña científica y ética de la ingeniería climática”, dijo Clive Hamilton, profesor de Éticas Públicas de la Universidad Nacional Australiana.

El creciente conocimiento del fenómeno chemtrail (estelas químicas) ha llevado a muchos a especular que proyectos masivos de geoingeniería ya están siendo efectuados.

En 2008, una investigación de KSLA News halló una sustancia que cayó a la tierra desde un químico de altitud elevada, el cual contenía altos niveles de bario (6.8 ppm) y plomo (8.2 ppm), como también trazas de otros químicos que incluían arsénico, cromo, cadmio, selenio y plata. De estos, todos a excepción de uno son metales. Algunos son tóxicos, mientras que varios de ellos son raramente encontrados en la naturaleza.

El reporte de noticia se concentra en el bario, cuya investigación lo presenta como un “sello distintivo de los chemtrails”. KSLA descubrió niveles de bario de 6.8 ppm en sus muestras, “más de seis veces el nivel de toxicidad establecido por el EPA”. El Depto. de Calidad Medioambiental de Louisiana confirmó que altos niveles de bario eran “muy inusuales”, pero comentó que “demostrar la fuente era todo un tema aparte” en su discusión con KSLA.

El impulso lucrativo para subvenciones de investigación relacionadas a la geoingeniería permanece fuerte, a pesar de nuevas cifras de la UK Met Office y la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia, las cuales confirman que el planeta no se ha calentado desde 1997 y que la verdadera amenaza climática podría ser, en realidad, una nueva era glaciar.