El silencio de Piñera frente a Snowden: Diario brasileño asegura que la NSA también espió a Chile

Nuevas filtraciones del ex técnico de la CIA, Edward Snowden, revelan que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) realizó inteligencia de “forma constante pero de menor intensidad” en varios países de América Latina, incluyendo a Chile. Los detalles fueron publicados este martes por el diario brasileño O Globo.

Según el matutino, mediante la intervención de llamadas telefónicas, e-mails y otros tipos de comunicación electrónica a través de empresas como Facebook, Google, Yahoo y Microsoft, la NSA obtuvo “datos sobre petróleo y compras militares de Venezuela, así como sobre energía y narcóticos en México. Además estuvo al tanto de los movimientos de los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”.

El rotativo destaca que la agencia de Snowden utilizó, al menos hasta 2002, equipos personales de agentes secretos que operaban disfrazados de diplomáticos en a lo menos cinco países: Brasil, Colombia, Panamá, México y Venezuela. En éste último, la vigilancia se habría intensificado tras el fallecimiento de Hugo Chávez.

Las informaciones de Latinoamérica coincidieron con el ofrecimiento de asilo político para Snowden expresado por el mandatario Nicolás Maduro y el presidente boliviano Evo Morales, quien tomó una posición firme luego que cuatro países de Europa le impidieran ingresar a su espacio aéreo durante una reciente gira por el continente.

Francia, Italia, Portugal y España habrían bloqueado el ingreso de la autoridad latinoamericana a petición del embajador de Estados Unidos en Austria, William Eacho, quien difundió la noticia falsa de que Edward Snowden se encontraba en el avión presidencial Falcon FAB001. Chile fue uno de los últimos países de la región en condenar esta situación a través de un comunicado de la Cancillería.

Por este bochornoso incidente, varios países de UNASUR se reunieron en Cochabamba para apoyar al gobierno boliviano frente a lo que llamaron una “desproporcionada e injusta agresión de Estados Unidos y sus aliados europeos”, la cual obligó al presidente Morales a permanecer 13 horas en un aeropuerto de Viena.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, lanzó una crítica implícita a los países que estuvieron ausentes en la reunión, instancia a la que Sebastián Piñera no asistió, ya que prefirió recibir en La Moneda al jefe del Banco Mundial, Jim Yong Kim. “Si lo ocurrido no justifica una reunión de jefes de Estado de nuestra América, nuestra Sudamérica, ¿qué lo justifica?”, inquirió el ecuatoriano.

A la cita tampoco asistieron los presidentes Ollanta Humala de Perú y Juan Manuel Santos de Colombia, férreos aliados de Estados Unidos.

Parlamentarios de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara solicitaron que Piñera manifestara personalmente su apoyo a Morales, más allá de los conflictos diplomáticos que pudieren existir por el diferendo marítimo en La Haya. Hasta el día de hoy, el mandatario no ha emitido ningún comentario de repudio a lo ocurrido con su homólogo en Europa, ni tampoco ha expresado preocupación por las revelaciones de Snowden.

Una posición muy diferente es la que ha tomado la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, quien calificó el espionaje de la NSA en la región como una “violación a la soberanía y los derechos humanos”. Esto luego de que la prensa de su país revelara que Brasil figura como prioridad del monitoreo del tráfico telefónico junto a naciones como China, Rusia, Irán y Pakistán.

El diario local O Globo reveló también que la CIA y la NSA operaban un centro de inteligencia secreto en Brasilia, el cual obtenía señales captadas en el exterior por agentes estadounidenses y analizaba informaciones recopiladas por satélites que operan incluso en el área comercial.

«Los satélites comerciales son usados en el mundo entero por gobiernos extranjeros, organizaciones militares, empresas, bancos e industrias», señaló uno de los documentos obtenidos por O Globo, el cual añadió que, con esas redes, Estados Unidos obtenía informaciones de «inteligencia sobre las comunicaciones de dirigentes».