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Siria: ¿se prepara un «golpe mediático» contra Assad?

Informes recientes provenientes de Siria parecen confirmar que ha comenzado una masiva operación psicológica – un «golpe mediático» – para derrocar al presidente Bashar Al-Assad, en una acción coordinada de grupos terroristas, hackers y canales de televisión, siguiendo los lineamientos de un plan preparado por Occidente hace más de un mes.

Hace algunas horas, la agencia oficial de noticias siria (SANA) informó que se estarían preparando sets cinematográficos imitando las ciudades de Damasco, Latakia y Alepo en Doha, la capital de Qatar – sede del canal Al Jazeera – para escenificar un falso derrocamiento de Bashar Al-Assad a manos de los rebeldes que anteayer protagonizaron un atentado terrorista contra miembros del gobierno, atentado que no fue condenado por Occidente.

En estos momentos, el sitio de la agencia informativa se encuentra bajo un ataque DDoS por lo que es imposible acceder directamente. La nota de SANA consignaba lo siguiente:

«Una empresa de seguridad en Qatar, especializada en la fabricación de modelos ha iniciado los preparativos ejecutivos de una movida que busca engañar a la opinión pública sobre lo que está sucediendo en Siria.

De acuerdo a fuentes especiales, la compañía ha fabricado modelos análogos a los edificios gubernamentales y plazas de Damasco, Alepo y Latakia en la región de al-Zoubareh, cerca de Doha.

Los testigos citados señalan que la compañía comenzó reunir personas para darles uniformes especiales [sic] para representar a personal militar y de fotógrafos como si fuesen de la televisión de Siria y han preparado vehículos públicos, privados y militares con las falsas patentes sirias para fabricar videos y fotos falsas respecto a la situación en Siria.»

Paralelamente, también existen reportes de que las principales ciudades de Siria han sufrido caídas de internet, y la señal satelital de algunos canales nacionales como Ad-Dounia y Cham TV se encuentran con interferencias o bloqueadas.

¿Es este el comienzo de un «golpe mediático» contra el régimen de Assad?

Las situaciones recién descritas no debiesen sorprendernos, puesto que fueron avisadas hace más de un mes en medios alternativos.

El 12 de junio, el jefe de la Red Voltaire, Thierry Meyssan advirtió que las potencias de la OTAN preparaban «la mayor operación de intoxicación de la historia» para derrocar al presidente sirio. Meyssan señalo que esta operación fue preparada ya hace tiempo por Ben Rhodes, asesor de comunicaciones de la Casa Blanca. Vale la pena citarlo en extenso:

«Dentro de varios días, (…) los sirios que traten de ver los canales nacionales sólo captarán en sus televisores otros canales creados por la CIA. Imágenes filmadas en estudio mostrarán masacres imputadas al gobierno, manifestaciones populares, ministros y generales dimitiendo, al presidente al-Assad dándose a la fuga, a los rebeldes reuniéndose en pleno centro de las grandes ciudades así como la llegada de un nuevo gobierno al palacio presidencial. (…)

En estas últimas semanas se han montado, en Arabia Saudita, varios estudios que imitan los dos palacios presidenciales sirios y las principales plazas de Damasco, de Alepo y de Homs. Ya existían ese tipo de estudios en Doha, pero resultaban insuficientes dada la envergadura de la operación planteada.»

El siniestro plan expuesto semanas atrás parece ahora parece haberse activado.

Es un claro ejemplo de una guerra de cuarta generación «made in Washington», pero con la complicidad de sus socios locales, las petromonarquías del Golfo (Arabia Saudita y Qatar). Sin embargo no es la primera vez que se utiliza esta técnica para derrocar un gobierno.

En 2002, los medios de comunicación y el empresariado venezolanos, con la asistencia de la CIA, ensayaron una fórmula similar contra Hugo Chávez. En aquella ocasión, una marcha de opositores a Chávez fue deliberadamente llevada a un mitin de partidarios del mandatario. En medio de los choques entre partidarios y detractores, francotiradores de la CIA comenzaron a disparar a los manifestantes dejando multitud de heridos y muertos. Los canales de televisión acusaron al gobierno de «represión», y se dio un golpe de Estado que instaló al empresario Pedro Carmona como nuevo presidente, el que fue inmediatamente reconocido como legítimo por la Casa Blanca. Pero, contra todo pronóstico, las manifestaciones ciudadanas y la intervención de un grupo de militares leales a Chávez frustraron el golpe de Estado y lo reinstaló como presidente.

Un ejemplo más reciente e interesante ocurrió durante el asalto de la OTAN contra Libia. En agosto de 2011, la cadena Al Jazeera presentó imágenes de los rebeldes tomando la capital Trípoli días antes que aquello ocurriese en realidad, además de anunciar la captura del Saif Al-Islam, hijo de Muammar Gaddafi. Las noticias causaron pánico entre los habitantes y los soldados leales, lo que permitió a los rebeldes entrar fácilmente a la ciudad. Las imágenes de la falsa toma de Trípoli fueron grabadas en estudios ubicados también cerca de Doha, la capital de Qatar.

El lector debe tener presente que Al Jazeera no es un medio independiente como busca aparentar al público. No es más neutral que CNN o Fox News, tradicionales portavoces del Pentágono. Al Jazeera es un canal de propiedad qatarí. Qatar – una petromonarquía que difícilmente puede preciarse de ser democrática – es, junto a Arabia Saudita y sus socios en el Consejo de Cooperación del Golfo, uno de los principales interesados en derrocar al gobierno de Bashar Al-Assad. Qatar no es un actor neutral o pasivo: ha suministrado armas y asistencia a los así llamados «rebeldes sirios»; Al Jazeera es un brazo de propaganda mediática.

En marzo de este año, un grupo de periodistas de Al Jazeera renunciaron al canal denunciando su cobertura sesgada sobre los sucesos de Siria.

Ali Hashem, corresponsal en Beirut, renunció pues «la estación se negó a mostrar las fotografías que había tomado de los choques de combatientes armados con el ejército sirio en Wadi Khaled. En vez de eso [Al Jazeera] arremetió contra él tachándolo de shabeeh (es decir, un leal al régimen).»

«[En Bahréin], veíamos imágenes de un pueblo siendo masacrado por la «máquina de opresión del Golfo», y para Al Jazeera, silencio era el nombre del juego», agregó.

Si el «golpe mediático» contra Assad continúa su camino, quizás la intervención militar occidental esté a la vuelta de la esquina, lo que amenazaría con desatar una guerra regional nunca antes vista en Medio Oriente. Recordemos que el Pentágono tiene listos sus planes para intervenir en Siria y proteger las «armas de destrucción masiva» del régimen.

Y ya han comenzado a aparecer rumores maliciosos del posible uso de estas armas por parte de Assad contra «civiles inocentes». Acusaciones que se suman a todas las recientes masacres que han ocurrido en Siria y que se han culpado inmediatamente al gobierno, sólo para enterarnos después que fueron perpetradas por los terroristas armados del «Ejercito Libre Sirio» patrocinado por Estados Unidos y las monarquías del Golfo.

A estar más alertas que nunca. La guerra mediática ha comenzado

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