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Los trucos sucios de la OTAN en Kosovo: Guerra en nombre de la paz

Richard Holbrooke, el ex asistente del secretario de Estado y miembro de la Comisión Trilateral, admitió en su libro To End a War que la intervención estadounidense en la guerra civil de Yugoslavia fue diseñada para hacer parecer indefensos a los europeos y mostrar a Estados Unidos como una “nación indispensable”.

“El rol funcional de la diplomacia de Holbrooke fue probar que la diplomacia, como la llevaban a cabo los europeos, estaba condenada al fracaso. Su victoria fue una derrota a la diplomacia. El espectáculo del bombardeo y (Acuerdos de Paz de) Dayton fue diseñado para mostrar que sólo la amenaza o aplicación del ejército estadounidense podría poner fin a conflictos”, escribe Diana Johnstone.

Bill Clinton, Hoolbroke y los globalistas usaron la “preocupación humanitaria” de albaneses en Kosovo como una excusa para aliarse con la OTAN y bombardear sin parar a Yugoslavia por dos meses y medio. 20 mil toneladas de explosivos fueron lanzadas, asesinando a miles de mujeres, niños y hombres inocentes.

“Muchos liberales, progresistas y otras enseñanzas ideológicas izquierdistas variadas que se opusieron (justificadamente) a la destrucción de Irak por parte de George W. Bush, fueron las mismas personas que apoyaron la destrucción de Yugoslavia por parte de Bill Clinton”, escribe Michael Parenti en su artículo The Destruction of Yugoslavia. “Qué extraño es que denunciaran una guerra contra un dictador y torturador como Saddam Hussein, pero apoyaran una guerra contra una democracia social como Yugoslavia. Números sustanciales de liberales y otros ‘izquierdistas’ fueron adheridos, manteniéndose hombro con hombro con la Casa Blanca, la OTAN, la CIA, el Pentágono, el FMI y los grandes medios cuando se trató de Yugoslavia.”

La CIA y la inteligencia alemana, la BND, apoyó al llamado Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), una operación terrorista paramilitar vinculada con Al Qaeda. Esto fue reportado por la cadena de televisión alemana ZDF, pero, como de costumbre, es prácticamente desconocido en los Estados Unidos.

“Las actividades de esta organización terrorista en terreno, en Kosovo, proveyó a la OTAN y Estados Unidos un pretexto para intervenir sobre bases humanitarias, afirmando que las autoridades serbias habían cometido violaciones a derechos humanos contra albaneses de origen étnico, cuando en realidad el ELK, patrocinado por la OTAN, estuvo involucrado en actos terroristas en nombre de la OTAN, lo cual gatilló una respuesta de la policía y ejército serbio”, escribe Michel Chossudovsky.

Personas utilizadas por la izquierda del establishment (Partido Demócrata de EE.UU.) describieron al ELK, que poseía afiliación terrorista y traficaba drogas, como un “movimiento de liberación” – una vez más demostrando con esto que Einstein tenía razón: la demencia es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes. La izquierda del establishment también ha apoyado la intervención “humanitaria” de Obama en Libia (donde al menos 30 mil almas perecieron) y lo más probable es que apoyen lo mismo en Siria.

Además de respaldar al ELK, Estados Unidos y la OTAN llevaron a Al Qaeda, antes de la campaña de bombardeos, a la región.

“Bin Laden y grupos musulmanes radicales han estado profundamente metidos en los Balcanes desde las guerras civiles en Bosnia de 1992 a 1995. A pesar del embargo armamentístico de la ONU y con el conocimiento y apoyo de Estados Unidos, armas, municiones y miles de combatientes del Mujahideen fueron trasladados a Bosnia para ayudar a los musulmanes. Muchos se mantienen hoy en Bosnia y son reconocidos como una seria amenaza para las fuerzas occidentales. El gobierno de Bosnia habría otorgado a Bin Laden un pasaporte bosnio en reconocimiento de su contribución a sus causas. Él y su red de Al Qaeda también fue activa en Kosovo y miembros del ELK fueron entrenados en sus campos en Afganistán y Albania”, escribió James Bisset para el National Post en 2001.

Según fuentes militares británicas, el armamento y entrenamiento del ELK fue asignado a la Agencia de Inteligencia de Defensa y los Servicios Secretos de Inteligencia de Gran Bretaña MI6, empleando a “miembros activos y ex miembros del SAS 22 (22º Regimiento de Servicios Aéreos Especiales de Gran Bretaña), como también tres compañías de seguridad británicas y estadounidenses”. Esta información fue incluida en un reporte del Congreso, emitido por el Comité del Partido Republicano en 1997, aunque éste ha sido ignorado por los medios convencionales.

Un ex analista politico del Senado, James Jatras, dijo durante su aparición ante el tribunal de crímenes de guerra de la ONU, La Haya, en 2004, que la administración Clinton convirtió a Bosnia en una base de militantes islámicos radicales y permitió a Irán y Arabia Saudita proveer a Bosnia-Herzegobina con $300 millones de dólares en armas a inicios de los noventa.

En un reciente debut como directora fílmica con la película In the Land of Blood and Honey, Angelina Jolie, servidora de la propaganda pro-guerra que emana de los grandes poderes, habló sobre las tensiones explotadas por los globalistas en Yugoslavia. Es improbable que el film de Jolie cubra los hechos ya mencionados, considerando que es apoyado por el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR). En diciembre, el CFR se unió a Women for Women Internacional para presentar el film en la ciudad de Nueva York. Jolie es miembro del CFR y también una embajadora de la ONU.

In the Land of Blood and Honey fue analizada en un review de Micah Zenko, publicado en el sitio web del CFR. Zenko indica que ver la película “no requiere al espectador recordar qué ocurrió en los Balcanes a inicios de los noventa, ya que las complejidades de la guerra civil se destilan en un relato enfocado en dos personas y establecido en una locación: Sarejevo”.

En realidad, para el CFR y las élites que lo conforman, es muy preferible que las masas no comprendan las “complejidades” del conflicto. Como productora de films de propaganda para estos poderes, Angelina Jolie podría ser considerada el Leni Riefenstahl de esta generación.

Riefenstahl, director que produjo el épico film de propaganda Triumph of the Will para Hitler y los nazis, es ampliamente reconocido como el desarrollador de una estética avanzada en esta materia de manipulación. Es dudoso que Angelina Jolie sea considerada públicamente como una propagandista talentosa. Lo más probable es que la actriz se mantenga como otro fenómeno hollywoodense al servicio de las élites y otro rostro bonito lanzado al exterior para distraernos de crímenes genocidas.

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