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Índices de fertilidad caen mientras la ONU celebra su Día Mundial de la Población

El Día Mundial de la Población fue celebrado el pasado 11 de julio como cada año desde 1989. Propaganda salida de las Naciones Unidas y otras organizaciones “verdes” nos dice que nuestra huella de carbono tiene que ser reducida, que estamos teniendo muchos hijos y que nuestro consumo de energía necesita ser reducido a la mitad.

La organización Planetsave nos dice, “Reduce tu huella de carbono y considera tener una familia más pequeña. En los Estados Unidos, el legado de carbono e impacto de los gases invernadero de un niño extra es casi 20 veces más importante que todas las prácticas ‘verdes’ que puedas emplear en tu vida…”.

Algo debe hacerse inmediatamente para coartar el crecimiento poblacional humano, se nos dice. Todos debiésemos sentirnos culpables por tener más de un hijo. En realidad, una campaña consciente y deliberada para despoblar el mundo ha estado desarrollándose por al menos cien años, y está funcionando. Tan así que el Deutsche Bank emitió un reporte en mayo de este año advirtiendo que la población humana global no podrá ser capaz de reemplazarse a sí misma para el 2020. Como el reporte afirma,

“Según nuestra perspectiva, la raza humana no podrá reemplazarse a sí misma para inicios de los 2020s. El crecimiento poblacional continuará por un par de décadas debido al impulso de la estructura generacional y personas que vivirán más tiempo, pero hablando reproductivamente, nuestra especie no crecerá más. Esta será uno de los desafíos más importantes de la historia”.

En 2009, la revista The Economist también reconoció el dramático declive de la fertilidad global.

Expertos en demografía siempre han sabido que la modernización y la elevación de los estándares en la sociedad disminuyen naturalmente a la población. Como el reporte del Deutsche Bank explica, esto ha contribuido a la disminución de la fertilidad durante los últimos 200 años. Frank Notestein, el primer director de la División de Población de la ONU, afirmó sin rodeos que mientras la modernización reduce a la población, medidas extremas – como la institución de regímenes totalitarios – necesitarán ser abrazadas para acelerar el paso de la despoblación.

“Tasas de natalidad en el pasado han caído casi rápidamente en el contexto de la modernización y el cambio socio-económico”, escribe Notestein en un documento de 1969. “Para alcanzar el índice cero del crecimiento poblacional, los gobiernos deberán hacer más que persuadir; deberán ejercer coerción.” Notestein concluye, “…imponer cambios más drásticos a gran escala implica muchos riesgos, no menores para el régimen que los emprende. El precio de este tipo de control poblacional podría bien ser la institución de un régimen totalitario.”

Tendencias naturales de la sociedad han llevado parcialmente a presentar una caída global en las tasas de fertilidad, pero hay otros factores que también inciden. Aquí hay algunos ejemplos relevantes:

  1. Igual como lo que Frank Notestein respaldó, el actual asesor de ciencias de la Casa Blanca, John P. Holdren, propone en su libro de texto de 1977, “Ecoscience: Population, Resources, Environment”, que un ‘Régimen Planetario’ dictamine medidas de control poblacional. Incluído en la propuesta está el uso de esterilizantes adheridos al suministro de agua.
  2. Bisphenol A (BPA), un químico agregado a una amplia variedad de productos, ha sido conectado a problemas de fertilidad.
  3. Teléfonos celulares también han sido conectados a problemas de fertilidad. Investigaciones muestran que la radiación de la telefonía celular tiene “un importante efecto genotóxico sobre… espermatozoides” en ratones.
  4. Cultivos genéticamente modificados son otro agente de disminución de la fertilidad al cual estamos expuestos cada día. Como reporta el Daily Mail, “Una prueba de alimentación a largo plazo encargada por el gobierno austriaco descubrió que ratones alimentados con choclo o maíz transgénico tenían menos crías y bajos índices de natalidad.”
  5. Vacunas anti-fertilidad han sido desarrolladas y usadas por décadas alrededor del mundo. El activista Matthew McDaniel se encontró de primera mano con los efectos de estas vacunas (Tocoide Tetánico enlazado con la hormona hCG) sobre el pueblo Akhá en Tailandia.
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