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Denuncian que subsecretario Ubilla plagió de Internet informe sobre bombas lacrimógenas no abortivas

Denuncian que subsecretario Ubilla plagió de Internet informe sobre bombas lacrimógenas que demuestra que no son abortivas. Consejo para la Transparencia le llamó la atención por la demora en la entrega de los informes

“A nosotros siempre nos pareció bien raro este estudio tan rápido y creemos que en esta materias hay que ser bien cuidadosos”, afirma el diputado Enrique Accorsi al comentar el hecho. Estudios científicos dmuestran que las bombas usadas por Carabineros

Las bombas lacrimógenas que se utilizan para disuadir manifestaciones, son definitivamente el más puro veneno que puede recibir un manifestante.

Situación que al parecer, no complica en lo absoluto al subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien mediante un documento justificó el uso de estos artefactos, con lo cual, su jefe, el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter volvió a autorizar su uso, tras tres días de suspensión.

Hinzpeter, en mayo de este año, señaló «hoy día puedo informar que efectuados los estudios comprometidos, los gases lacrimógenos utilizados por Carabineros en las concentraciones no tienen efectos abortivos ni causan problemas para la salud».

«En consecuencia, perfectamente pueden y deben ser utilizados para resguardar el orden público frente a disturbios y manifestaciones violentas», agregó.

El tema en cuestión es que toda esta seguridad provino del informe solicitado por el subsecretario Rodrigo Ubilla, quien no respondió en los plazos solicitados, tras lo cual el Consejo para la Transparencia le llamó la atención.

El punto es que cuando se le solicitó dicho informe, el subsecretario se demoró más de la cuenta en entregarlo, resultándole sospechoso al Consejo, Ubilla dentro de toda la documentación que entregó, también se encontraba el informe de Intituto de Salus Pública (ISP) que se hizo público pocos días después de su entrega a Hinzpeter.

Las bombas nuestras de cada manifestación

Chile es el único país en el mundo que utiliza sustancias toxicas para reprimir a la población con las bombas lacrimógenas. Investigaciones científicas comprueban que el veneno que llevan esas bombas se puede mantener por años en el cuerpo humano, causando daños irreparables, dato no menor, pero ignorado por las autoridades.

A lo menos 2 componentes que hoy se utilizan en contra de la población civil de nuestro país, han sido reemplazados por otros en el resto del mundo, inclusive en los países que los fabrican como EE.UU e Israel.

Esta sustancia corresponde al Ortoclorobencilidenmalononitrilo (CS), el cual es utilizado por las policías de todo el mundo como lacrimógeno en gas y en los cañones lanza agua.

Recordemos que las bombas que usa Carabineros son fabricadas sólo para Chile ya que en otros países están prohibidas. Contienen sustancias químicas altamente tóxicas e irritantes de las mucosas y se ha descubierto que producen abortos. Su uso afecta no sólo a los manifestantes sino también a transeúntes y residentes de zonas aledañas, pues las corrientes de aire transportan los gases tóxicos con sus efectos nocivos atenuados, pero que no desaparecen.

Los químicos de las bombas son abortivos

El doctor Andrei Tchernitchin, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y secretario del Departamento de Seguridad Pública y Medioambiente del Regional Santiago del Colegio Médico y director científico del Consejo de Desarrollo Sustentable de Chile, una comisión asesora de la Presidencia de la República, en su calidad de experto en toxicología ambiental señala:

«Hay antecedentes documentados de que los agentes químicos con que se fabrican las bombas lacrimógenas son abortivos. Además de producir graves daños a la salud, inciden negativamente en los aparatos reproductivos masculino y femenino. Es un peligro que se sigan utilizando contra la población».

El científico sostiene que «mi interés comenzó hace tiempo, durante la dictadura militar, cuando en los alrededores de la Facultad de Medicina la policía lanzaba bombas lacrimógenas. Los estudiantes llegaban muy afectados. Por eso decidí hacer un estudio científico. Pedimos a los alumnos que donaran sangre para estudiar algunos parámetros hormonales, como el número de leucocitos eosinófilos y, curiosamente, esos leucocitos estaban desgranulándose con mucha velocidad, lo cual podía significar alteraciones de diverso tipo».

Continúa su explicación señalando que «estas células tienen que ver con la respuesta inmune de nuestro organismo, o sea, con la regulación de los corticoides, que son las hormonas de la respuesta inmune. Le pedí a un grupo de alumnas que no participara en manifestaciones para no verse expuesta a los gases, y así tener un control para comparar.»

«Además, acopiamos algunos envases de gases lacrimógenos que no explotaron, para hacer experimentos con ratones de laboratorio… Curiosamente, cuando se supo que estábamos haciendo este experimento, la policía dejó de lanzar bombas lacrimógenas cerca de la Facultad de Medicina», asegura.

La respuesta frente a lo expuesto por Tchernitchin, provino de Carabineros de Chile quienes afirman que los químicos están sometidos a la ley Nº 17.798, sobre control de armas y explosivos. Reconocen que las partidas se adquieren en Estados Unidos, aunque nunca se ha especificado a qué proveedores.

Señalan, además, que no serían necesarias las autorizaciones sanitarias pues el listado de químicos no pasa por el Ministerio de Salud sino que ingresa directamente al Ministerio de Defensa. Tampoco el Instituto de Salud Pública tiene competencia, pues la institución sólo realiza registros sanitarios de medicamentos, pesticidas y alimentos.

El gobierno, por su parte, hace caso omiso a las advertencias de los científicos que han llamado a suspender la compra de éstos y en el peor de los casos reemplazarlos por otros.

Por ello, Cambio21 conversó con el diputado y médico, Enrique Accorsi (PPD), quien frente al tema señaló que «a nosotros siempre nos pareció bien raro este estudio tan rápido y creemos que en esta materias hay que ser bien cuidadoso. Por eso, nosotros hemos presentado un proyecto de ley donde la idea es suprimir en el control del orden público estos gases».

Accorsi comenta que «este proyecto ingresó hace tres días, y la idea es regular el uso de estas sustancias gaseosas, que no son solo las lacrimógenas, sino que también el zorrillo. Por ello, la idea es suprimirlas como un sistema disuasivo y dejarlos solamente con el agua y en caso extremadamente sensible que se autorice el uso, pero que esta autorización esté dada por la autoridad política, es decir que haya un responsable del uso de estas».

«Porque además las usaron no solo como disuasivo sino como armamento, porque tiraban bombas a las sedes sociales y otros lugares. Además cuando tiran esas bombas le pueden caer encima a cualquier persona y eso si le cae en la cabeza a alguien lo puede matar», enfatizó el parlamentario.

Por último, el diputado sostiene que pidieron información completa por el tema de las bombas, pero señala que es una información bastante restringida. Menciona que con la biblioteca del Congreso están armando un material que será «bien potente en esta materia», concluyó.
Por su parte, jefe de la bancada del PS, diputado Alfonso De Urresti, acusó al ministro Hinzpeter de apurar un informe, que fue solicitado formalmente a través de un oficio de la Cámara Baja.

A juicio del legislador, parece «increíble» que en menos de una semana se tengan estos estudios, recordando que existen informes toxicológicos de importantes instituciones, como la Universidad de Chile, que demuestran lo contrario a lo afirmado por las autoridades.

«Aquí nuevamente vemos una política errática, de temor a la ciudadanía, por parte del Ministerio del Interior, lo que viene a demostrar una voltereta política en sus planteamientos», precisó De Urresti. Finalmente insistió en que a Hinzpeter «lo hacemos responsable de cualquier situación de daños a la salud que ocurra en el futuro».

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