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Carabineros esconde antecedentes de general implicado en escuchas ilegales

En respuesta a una petición formulada en septiembre por Verdad Ahora, Carabineros de Chile rechazó conceder acceso a la hoja de vida del «zar» de la inteligencia uniformada, general Bruno Villalobos Krumm, apelando a razones de «seguridad nacional».

En el marco de la preparación de un reportaje sobre el caso de espionaje telefónico en Carabineros, el que más tarde apareció publicado en el diario El Ciudadano, este medio pidió conocer las destinaciones, superiores directos, anotaciones positivas y negativas del general, y potenciales investigaciones internas que pudieran haber sido instruidas en su contra desde que ingresó a la institución.

Sin embargo, en una actitud incomprensible, la policía respondió que no sería factible transparentar esos antecedentes dado que la Ley 19.974 «Sobre el Sistema de Inteligencia del Estado» se lo impedía.

Dicha ley restringe la circulación de todos los «antecedentes, informaciones y registros que obren en poder de los organismos que conforman el Sistema o de su personal, cualquiera sea su cargo o la naturaleza de su vinculación jurídica con estos», así como también el contenido de todos los documentos respecto de los cuales el «personal de tales organismos tome conocimiento en el desempeño de sus funciones o con ocasión de éstas».

Por otra parte, y a diferencia de lo expresado por el jefe del Departamento de Comunicaciones Sociales de Carabineros, coronel Mario Rozas, a un equipo de El Ciudadano que trabajó en el reportaje, la institución reconoció que no se cursó ninguna investigación interna en contra del general Bruno Villalobos con motivo de ser sindicado como el autor intelectual de las intervenciones telefónicas a políticos denunciadas en 2011 en el parlamento , y que fueron indagadas por el fiscal Raúl Guzmán, quien dio paso al procesamiento de un subalterno del jefe de inteligencia.

Tampoco la institución despejó las dudas que existen sobre uno de los choferes de Villalobos, quien según lo afirmado por el suboficial en retiro, Esteban Infante Alcaíno, sería hermano de un policía implicado en múltiples robos a cajeros automáticos en el sector oriente de la capital en 2010. Carabineros afirmó que no tenía «parametrizada» la identidad de los choferes que trabajaron para el general, por lo que se veía imposibilitado de entregar la información.

Quien deberá tomar la palabra ahora es el Consejo para la Transparencia, el que deberá determinar si los argumentos de Carabineros se ajustan a las normas de probidad administrativa.

En este ocultamiento se debe tomar en consideración que el general Bruno Villalobos, dada su cercanía con Michelle Bachelet, podría convertirse en el próximo general director de Carabineros.

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