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Agentes del Estado habrían tapado homicidio: cuestionan a la PDI por muerte de policía en 1970

El 18 de julio de 1970, al interior de un céntrico departamento de la capital, un disparo acabó con la vida del detective Luis Emilio Colombo, admirado miembro de la Brigada Móvil de Asuntos Especiales de Investigaciones. Desde entonces la policía ha manejado el caso con hermetismo, caratulando la muerte como un suicidio y negándose a entregar mayores antecedentes a la familia.

Un hijo, Milton Colombo, no ha descansado en sus esfuerzos para llegar a la verdad, afirmando que su padre fue asesinado para proteger a sujetos intocables en Investigaciones. La viuda Ana Astroza manifiesta que su esposo le advirtió, días antes, que si algo le ocurría ésta debía escapar. Un antiguo colega, el detective primero Osvaldo Pascual, duda que Luis decidiera poner una bala en su cabeza y plantea, incluso, la posibilidad de que “personas de renombre” estuvieran presentes esa noche en el misterioso Nº 216, departamento 705, de calle Presidente Bulnes.

Ocultamiento de la evidencia

Con desilusión reaccionó la familia, en diciembre de 2013, cuando la Policía de Investigaciones, al mando del prefecto general Marcos Vásquez Meza, se negó a entregar la totalidad del sumario interno por la muerte de Colombo, realizado en 1970, violando así la Ley 20.285 sobre Acceso a la Información Pública.

Para Milton Colombo, lo anterior se debe a que se habría constituido, en el seno de Investigaciones, una asociación ilícita destinada a encubrir el homicidio de su padre, la cual se mantendría intacta hasta la actualidad.

Como explicó a Verdad Ahora el también autor del libro “Mis investigaciones sobre la mafia”, la familia del detective fallecido envió en 1999 una carta al director Nelson Mery Figueroa, quien instruyó, a raíz de nuevos antecedentes, la realización de otro sumario a cargo del funcionario del Departamento Quinto, Daniel Candia Ortiz. En dicha ocasión se logró descubrir que a la investigación original del año 70, adosada a la carpeta de Luis Emilio Colombo, se le habían sustraído el dibujo planimétrico, y seis fotografías capturadas en el sitio del suceso por el perito Alonso Lillo Díaz, hecho que habría sido informado por Candia a Mery, sin obtener una respuesta satisfactoria.

La desaparición de las fotografías se conjuga con la declaración entregada en la investigación por el detective Nelson Lillo Merodio, el primer policía en llegar al sitio del suceso junto al detective Osvaldo Pascual, con quien patrullaba a esa hora las calles de Santiago. Lillo declara haber entrado al departamento y observado en el baño, a casi tres metros del cuerpo, abundante sangre salpicada y coagulada en el espejo, murallas y suelo. Es justamente esa situación la que aparecería en las imágenes robadas, según cree la familia.

Consultado en la segunda investigación, Lillo se mantuvo apegado a su versión, momento en el cual Candia le señaló que era imposible que Luis Emilio Colombo se disparara en el baño, ya que había muerto de un disparo fatal a la sien, y su cuerpo se hallaba a una distancia considerable de la sangre descrita, sin poder haber retrocedido por el pasillo. “Lillo manifiesta entonces que no puede interpretar lo observado por él”, explica Milton Colombo.

El ex detective Nelson Lillo, testigo clave.

Las dudas también recaen sobre el departamento de calle Presidente Bulnes, el cual, según señaló una fuente consultada por Verdad Ahora, operaba como un prostíbulo al cual asistían altos funcionarios de Carabineros e Investigaciones, entre ellos el «Chueco» Oviedo. “A ese lugar llegaban las mejores mujeres de Santiago”, afirma un ex policía que concurría a las fiestas. Tiempo después, el inmueble comenzó a ser utilizado por el Círculo de Tenientes Coroneles de Carabineros en Retiro.

Testigos se retractan

La versión oficial de Investigaciones sostiene que, en estado de ebriedad, Luis Emilio Colombo tuvo un altercado sentimental con la prostituta Raquel Caro Herrera, a la cual habría alcanzado con un balazo en el glúteo poco antes de quitarse la vida, cuando ambos estaban solos. La PDI utilizó a dos testigos que señalaron haber bebido grandes cantidades de alcohol junto al policía, horas antes del hecho, individuos que, según cuenta Milton Colombo, le confesaron personalmente haber sido inducidos en su declaración por un funcionario de la institución llamado Jorge Alcaíno.

“Lo importante de esto es que, con el correr de los años, pudimos conversar con el periodista Antonio Freire, que era compadre de mi padre, y nos manifiesta que esa noche estuvo con él cenando mariscos donde los hermanos Azócar, y lo deja a eso de las 12:30 horas en Morandé con Agustinas”, señala Milton.

Agrega que, curiosamente, el periodista ‘Toño’ Freire, productor de televisión y autor del libro “La última arenga de Salvador Allende”, se niega hoy a declarar dicha versión a la justicia, pese a haberlo reconocido en dos oportunidades a la familia Colombo Astroza y a terceros. “Yo diría que Freire tiene algo más que ocultar”, afirmó enfático nuestro entrevistado.

Ya que la PDI se rehúsa a entregar copia íntegra del sumario interno, las declaraciones que hicieran algunos funcionarios de Investigaciones de la época, como Pedro Bravo Herrera, Carlos Vuchini Silva, Ricardo Aravena Sepúlveda y Ventura Jiménez Gutiérrez, permanecen en el más absoluto secreto.

Un documento del proceso administrativo al que tuvo acceso Verdad Ahora, constata que también figura como declarante un tal “Quintín Romero González”, nombre que se asemeja al del famoso detective Quintín Romero Morán, ex colega de Luis Emilio Colombo, y quien estuvo presente en La Moneda con Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Consultado al respecto, Romero señala que dejó de trabajar con el padre de Milton antes del presunto suicidio, por lo que no declaró en el sumario.

El periodista Antonio Freire.

La escasa colaboración que la PDI ha tenido en el caso de su padre, afirma Milton Colombo, se parece bastante al comportamiento desplegado en la investigación sobre la muerte de Juan Bustos Marchant, prefecto de Valparaíso que en mayo de 1974 falleció de un disparo a la cabeza, presuntamente auto infligido, según la versión oficial que entregó la policía civil.

“En ese caso se pidieron antecedentes a la PDI para que entreguen el sumario interno que ellos guardan celosamente, sin embargo, respondieron al Ministro en Visita que éste se encuentra en muy malas condiciones, y que el expediente se volvería a hacer”, dijo Milton.

“Me dejaron abandonado”

Entre las hipótesis que maneja la familia Colombo Astroza se plantea que el detective pudo haberse enterado de algo que lo condenó a morir. Ello en relación a las tareas de inteligencia que le tocó desempeñar como integrante de la Brigada Móvil de Asuntos Especiales, justo cuando el país comenzaba a ser invadido por la desestabilización de grupos de extrema derecha en la forma de atentados de bandera falsa, financiados por la CIA, la cual mantenía estrechos vínculos con algunos jefes de Investigaciones.

En este sentido, la viuda Ana Astroza recuerda un comentario que hiciera su ex marido sobre el antiguo director de la PDI, Emilio Oelckers Hollstein, después que éste falleciera en un supuesto accidente aéreo el día 26 de mayo de 1969. “Él no era una blanca paloma”, dijo Colombo a su esposa. Antes de morir, el policía también manifestó a la mujer que sus colegas “lo habían dejado abandonado”.

Producto de todas estas suspicacias, la familia decidió presentar, con el patrocinio del abogado Raúl Rencoret Urbina, su caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, buscando clasificar la muerte de Luis Emilio Colombo y el posterior encubrimiento que hicieran agentes del Estado como un crimen de lesa humanidad. Los antecedentes, entregados en Washington, están siendo actualmente revisados por juristas.

Sobre este caso también se encuentra un proceso abierto en el 34 Juzgado del Crimen de Santiago, a cargo de la jueza Cheryl Fernández Albornoz.

Si usted posee información que pueda ayudar a la justicia, no dude en comunicarse con nosotros a través de nuestro formulario de contacto.

En julio de 2013, Milton Colombo entregó los antecedentes al ex subdirector de la PDI, Juan Baeza, sin que a la fecha existan avances.
Un comentario
  • Anónimo
    10 febrero 2014 at 7:37 pm -

    Toño Freire, ha colaborado para que el asesinato de Emilio Colombo Morales siga impune.
    Sin embargo, aún tiene la posibilidad de comenzar a caminar como un hombre por lo que le resta de vida, si dice lo que sabe de este crimen. O seguir en su camino de falsedad, como los delincuentes que actúan en encubrimientos. Cabra a los tribunales de justicia establecer la participación de Freire en este crimen como cómplice o encubridor y si ha cometido perjurio este caso.
    Por su parte, la PDI o su alto mando, deberá enfrentar un juicio publico e histórico, por el encubrimiento sistemático que ha llevado a cabo durante décadas, institucionalizando una asociación ilícita para ocultar y desviar el accionar judicial en la investigación por el asesinado del detective Colombo.